Perros abandonados y adoptados participan en Zaragoza en un proyecto de asistencia a personas mayores, con el fin de que mejoren su estado físico, emocional, cognitivo y social.

El proyecto, que ha comenzado a desarrollarse en la Residencia Municipal Casa Amparo, donde residen unas 190 personas, pretende aprovechar el carácter terapéutico que tienen los perros que, no solo son mascotas "leales, fieles y bonitas", sino que tienen una gran utilidad para asistencia a los mayores, ha señalado el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, en declaraciones a los medios de comunicación.

Por eso el primer objetivo sería realizar terapias con estas personas, ya que "está comprobado que después de ese trato con los perros mejoran notablemente de todos sus problemas", ha dicho.

Pero dentro del proyecto, puesto en marcha gracias a un convenio del Ayuntamiento de Zaragoza con el Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial, la Obra Social CAI, la Fundación Altarriba y Mars España Inc&Cía, también contempla terapias con chicos jóvenes en riesgo de exclusión.

Además, participan en el mismo la mayor parte de las protectoras de animales de la ciudad, entre ellas Zarapeludos Protección Animal, Zarpa, Galgo-Leku, la Asociación para la Defensa y Prevención de la Crueldad contra los Animales (ADPCA), la Asociación 4 Gatos y Tú y Catiuscan.

Es una iniciativa que se ha presentado de manera oficial en Casa Amparo pero que se extenderá de manera progresiva a otras residencias geriátricas de la ciudad.

Según Belloch, esta iniciativa es "útil y no cuesta dinero" ya que en la misma hacen un esfuerzo todas las administraciones, que ponen locales, personal o imprenta, en un modelo de cooperación institucional y público-privada.

Así, una docena de perros abandonados y posteriormente adoptados, acompañados de miembros del Servicio de Voluntariado del Ayuntamiento, acudirán tres veces por semana a este residencia municipal, donde permanecerán entre hora y cuarto y hora y media participando con los residentes en talleres para la mejora del estado físico, emocional, cognitivo y social, ha explicado la coordinadora del proyecto, la técnico municipal Manuela García.

Para García, es una iniciativa de "solidaridad llevada al efecto máximo" porque se utilizan perros que, en muchos casos, sufrieron malos tratos y hoy están adoptados por personas voluntarias, y que son dóciles y están entrenados.

Además, se intenta alegrar la vejez de los mayores, a los que se intenta dinamizar, animar y dar calidad a su vida, ha subrayado.

Asimismo, ha explicado, forma parte de las iniciativas de colaboración entre el Ayuntamiento y las asociaciones protectoras, de cara a concienciar a la ciudadanía en contra del maltrato animal y a favor de la adopción responsable, así como para conseguir el objetivo de "sacrificio cero" de animales en los centros públicos.

Se prevé asimismo la participación de Protección de Menores del Gobierno de Aragón, ya que se incorporarán al proyecto chicos y chicas en cumplimiento de trabajos a la comunidad.

Durante el primer año de funcionamiento del proyecto se calcula que se beneficiarán del mismo unos 190 ancianos y 150 menores.