Vierlas restaura el retablo de su iglesia parroquial

Se quiere acabar con las humedades y solucionar los daños del retablo de San Bartolomé.

Se desconoce quién es el autor de la obra.
Vierlas restaura el retablo de su iglesia parroquial
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El retablo de San Bartolomé de la iglesia parroquial de Vierlas se está sometiendo a un completo proceso de restauración para acabar con las humedades y solucionar los daños provocados por esta causa.


Está fechado en el año 1555, con la imagen de San Bartolomé en el espacio central. A ambos lados se sitúan San Antón y San Juan Bautista, debajo se representan escenas de la vida del titular y encima, el calvario. “Estilísticamente y artísticamente tampoco es que sea un retablo que llame mucho la atención, pero el conjunto está bastante bien, y tiene su importancia”, asegura la restauradora Nerea Otermin.


Se desconoce quién es el autor de la obra, aunque este dato podría salir a la luz en las próximas semanas. “Se ha encargado el estudio histórico-artístico a un gran experto de la época como es Jesús Criado, y está detrás de la pista de un posible autor que era bastante prolífico en esa época y podría encajar en la atribución”, adelanta Otermin.


El principal problema del retablo tiene que ver con la humedad. “Parece que a principios del siglo XX desmontaron el retablo para acondicionarlo al espacio. Hicieron una especie de pedestal, en ladrillo y mortero, pero no esperaron a que se secara y colocaron el retablo encima, de esta manera quedó sujeto, pero la humedad del mortero subió para arriba”, detalla la restauradora.


A su vez, la humedad provocó un desprendimiento de policromía. “Toda la que estaba a punto de desprenderse la protegí con papel japonés antes de proceder al desmontaje de la pieza, que fue complicado porque la capilla es pequeña y es una obra bastante pesada”, recuerda Nerea Otermin.


También los xilófagos estaban presentes en el retablo, algo predecible ya que “iglesia es bastante húmeda y oscura”. Se han consolidado las partes que estaban más delicadas, y uno de los tablones de refuerzo ha habido que retirarlo porque se había convertido en corcho aunque “afortunadamente no ha afectado al original”.


La capilla donde se ubica el retablo fue obra de Alonso González, maestro del Renacimiento que trabajó en el interior del cimborrio de la catedral de Tarazona. Después de tres intensos meses de trabajos, las labores de restauración estarán terminadas a finales de mes.

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