Los pinos de La Muela sufren una poda sin contemplaciones para no afectar a la red eléctrica

Endesa ha decidido eliminar de manera poco estética las ramas que afectan al tendido eléctrico.

Poda de los pinos de la urbanización Urcamusa
Los pinos de La Muela sufren una poda sin contemplaciones para no afectar a la red eléctrica
Heraldo

Hace escasos días los pinos de la urbanización Urcamusa de la Muela fueron podados y perdieron la mitad de sus ramas. “El reglamento de las líneas de alta tensión obliga a mantener la distancia de seguridad entre las ramas de los árboles, en este caso pinos, y la red eléctrica”, recuerdan desde Endesa. Por ello, han optado por recortar solamente la parte que podría causar algún problema, tanto en los propios árboles por posibles incendios como en las casas colindantes, que podrían perder la luz durante horas. Según ellos, el problema reside en la implantación de estos pinos, que llevan más de 40 años situados allí. “La línea eléctrica estaba antes que ellos, así que no se deberían haber plantado”, aseguran.


La decisión fue tomada en su día por un particular, dueño de los terrenos, que desde hace unos 10 años han pasado a manos del Ayuntamiento de la Muela. “Es verdad que estéticamente no queda bien, puesto que algunos pinos han perdido la mitad de sus ramas o de la copa del árbol se ha eliminado un cuadrado, sin embargo, era la mejor opción”, destaca Luis Miguel Otín, concejal de Urbanismo, Obras Públicas, Agua y Alcantarillado, Residuos, Tráfico, Urbanizaciones y Nuevas Tecnologías.


Al mismo tiempo, afirma que durante los últimos años, los pinos han comenzado a enfermar. “De hecho, alguno ya se ha caído a la calzada, sin causar ningún daño, y otros están levantando el pavimento”, recuerda. De este modo, la decisión que han tomado es que según vayan enfermando y muriendo, los retirarán para evitar que se vuelvan a dar estos problemas.


De momento, aunque la visión que provoca tanto a los vecinos como a los visitantes no es la mejor, se seguirá trabajando en esta línea. Según sostiene un funcionario del Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón es la mejor decisión dada la situación, puesto que las ramas cortadas ya no volverán a crecer. Sin embargo, aunque ahora es lo más económico y rápido, el problema continuará. “La luz viene del mismo lado donde se encuentra la red eléctrica, por lo tanto, las ramas vivas tenderán a retorcerse para seguir creciendo en dirección a la luz”, puntualiza. De este modo, en unos años habrá que volver a podar.


No obstante, para los vehículos y viandantes que transitan la zona no provocará ningún problema. “La poda está perfectamente ejecutada y no hay riesgo de que estos árboles caigan por el peso de las ramas puesto que crecerán hacia el lado contrario”, subraya. También asegura que la mejor opción es eliminar uno de los dos problemas y recuerda que el inconveniente puede repetirse con los cedros que se encuentran en la zona. “Este tipo de árbol tiene un crecimiento vertical por lo que cuando aumente su tamaño causará el mismo contratiempo que los pinos”, puntualiza.


La Asociación de Vecinos “Urcamusa” La Muela Sur también lamenta el destrozo que se ha hecho en estos pinares, aunque reconoce que no quedaba otro remedio. “Constantemente había pequeños incendios de ramas que daban con los cables y cualquier día podría haber ocurrido algo más grave, así que se tomó esta decisión”, sostiene Jaime Lagunas, presidente de la asociación.

Una poda sin recoger durante casi tres años

Situación diferente es la que vivieron hace casi tres años, cuando la DGA podó los pinares que están situados al lado de la urbanización. “Hicieron la poda, algo muy normal porque hay que controlar el tamaño de los árboles para que no causen ningún problema, sin embargo, todavía no lo han recogido”, señala Lagunas. Según el presidente, en su día enviaron una carta al departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente. “Nos contestaron que ellos habían hecho su trabajo y que éramos los vecinos los que habíamos dejado la zona así, depositando vertidos metálicos y no metálicos”, subraya.


Como consecuencia durante el segundo semestre de 2014 volvieron a escribir otra misiva en la que adjuntaron fotografías actuales que mostraban la situación en la que se encontraba el lugar. “Es un peligro que estén todas esas ramas secas porque si cualquier día pasa algo se quemarán las más de 730 parcelas que hay aquí”, sostiene.