Crisis

Aragón ha perdido casi 2.500 bares y restaurantes desde que comenzó la crisis

Entre 2007 y 2012, el número de establecimientos dedicados en la restauración ha descendido un 24%. Sobreviven "con ofertas e imaginación".

Camarero, uno de los empleos más ofertados en el primer trimestre en Aragón
Los bares sobreviven con imaginación y ofertas
OLIVER DUCH

El silogismo resulta sencillo: más desempleo, menos dinero en el bolsillo de los aragoneses y, por tanto, menos euros dedicados al consumo de todo tipo de bienes. El ocio, probablemente, sea el primero de ellos en ser suprimido de las economías familiares que atraviesan cualquier tipo de aprieto.


Aragón contaba en el año 2007 con un total de 10.350 establecimientos dedicados a la restauración. Al cierre de 2012, esta cifra se vio reducida hasta los 7.875 bares y restaurantes en toda la Comunidad, según el anuario estadístico elaborado al alimón por la Universidad Autónoma de Madrid y La Caixa.


Ha transcurrido apenas un lustro entre los dos datos, pero la variación prácticamente alcanza el 24%. Y los que no han echado definitivamente la persiana obtienen cada mes un margen de beneficios menor. "Desde que empezó la crisis, el cierre de bares ha sido paulatina. Un goteo continuo y que, si las cosas siguen así, tardará mucho en cesar", asegura Pedro Giménez, presidente de la Asociación de Empresarios de Cafés y Bares de Zaragoza y Provincia.


Por si el panorama no fuese suficientemente adverso, los empresarios del sector lamentan las continuas trabas que el Ejecutivo central pone en marcha contra sus intereses. "Todas las medidas que han tomado los gobiernos de Zapatero y Rajoy nos han perjudicado. Han subido el IVA, la energía, el alcohol y otros impuestos... todo eso repercute al final en el consumo", indica Giménez.


Para el respresentante de los hosteleros zaragozanos, la situación todavía es susceptible de empeorar: "Esto no ha tocado fondo. Mientras no se tomen las medidas necesarias para incentivar el comercio, el consumo... el sector no dejará de caer. Lo que no puede ser es que cada seis meses nos sorprendan con nuevas subidas". Entre tanto, el gasto medio por aragonés en comidas y bebidas fuera del hogar no dejado de caer (en 2010, por ejemplo, cada vecino de la Comunidad gastaba 993 euros, mientras que un año después esta cifra bajó hasta los 879 euros).


Ofertas e imaginación


La imaginación, indica Giménez, es la clave que actualmente marca la supervivencia de muchos establecimientos: "La inmensa mayoría llevan hasta tres años sin modificar los precios e, incluso, bajándolos. Es un esfuerzo que, si tenemos en cuenta que los productos y servicios que compramos y contratamos han subido en este tiempo en torno a un 15%, debería valorarse".


Las medidas de los locales se mueven entre la congelación de precios y el lanzamiento de nuevas ofertas, impensables hace apenas un puñado de años: tapas gratis o por apenas medio euro, cubos de seis botellines de cerveza de tercio de litro por cinco euros...


Otros bares han llevado a cabo movimientos soprendentes. Echar un café, una actividad tan social como tradicionalmente acompañada de un gasto económico (que varía en función de la calidad y ubicación del bar), pasó a ser gratuita, durante una hora del día (de 16.30 a 17.30) en la Taberna d'Aragón (plaza de Ariño, Zaragoza).


Adiós al Sella


Uno de los últimos establecimientos en anunciar su adiós ha sido el Sella, un clásico en la celebración de grandes eventos tanto familiares como universitarios. El complejo, que en enero expresó su "firme voluntad" de salir adelante a pesar del concurso de acreedores, tenía eventos contratados para 35.000 personas este año, pero el 30 de junio echó definitivamente el cierre.