El alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, en representación de la Comunidad de Bienes Instituto Aragonés de Fomento-Ayuntamiento de Calatayud, ha firmado el contrato de arrendamiento de tres naves del polígono Mediavega con la empresa bilbilitana, BILBIPAZ. S.L, dedicada al reciclaje de plásticos y su posterior tratamiento para fabricación de productos terminados.

Se trata de tres naves adosadas de 582 metros cuadrados cada una de ellas, construidas en el año 2002 mediante un convenio suscrito entre el IAF y el Ayuntamiento bilbilitano, a modo de vivero de empresas, para fomentar el empleo y la promoción industrial.

Así, el contrato tendrá una duración de un año, que se computará una vez hayan finalizado las obras de adecuación previstas para diciembre de 2012, explica el consistorio en un comunicado.

Estas actuaciones se centrarán en la adaptación de las instalaciones con la finalidad de cumplir la normativa de prevención de incendios actual y su adaptación para la implantación de usos industriales, ha señalado el concejal de Industria, Rafael Rincón.

El presupuesto para la adecuación de las naves asciende a 59.159 euros, un cincuenta por ciento asumido por el IAF con fondos propios que ya ha confirmado y el resto lo aportará el consistorio que ya ha solicitado el apoyo de la Diputación Provincial de Zaragoza.

El procedimiento y adjudicación de estas actuaciones se llevará a cabo en los próximos días, de tal forma que las obras puedan comenzar de forma inminente.

Según se establece en el contrato de arrendamiento, la renta anual está fijada en 12.000 euros más IVA, por cada una de ellas, y se irá abonando mensualmente por la empresa BILBIPAZ. S.L.

Rincón ha precisado que esta cantidad podrá ser bonificada hasta en un 50 por ciento, condicionado al mantenimiento de entre 12 a 15 puestos de trabajo. Se prevé que la empresa inicie su actividad con cinco trabajadores y posteriormente vaya aumentando el número de contrataciones.

Proceso del plástico

BILBIPAZ S.L realizará en primer lugar la separación del material plástico, para posteriormente procesarlo en las líneas de producción mediante triturado y posterior granceado.

En una segunda fase, a partir del plástico triturado o granceado, se convierte el residuo plástico en una nueva materia prima, apta para nuevas aplicaciones entre las que se pueden encontrar la fabricación de bolsas de basura, tuberías para evacuación, riego y conducciones eléctricas, cajas de recogida de fruta, madera plástica.

Para Rafael Rincón este proyecto empresarial supondrá "la generación de nuevos puestos de trabajo en la ciudad y permitirá además dar un uso a estas naves que estaban paradas".