ZARAGOZA

Tercera muerte por consumo de drogas en la cárcel de Zuera en solo seis días

Los responsables del centro no descartan que la causa de los fallecimientos sea una partida de droga en mal estado y han pedido refuerzos para poder hacer cacheos masivos.

Una partida de droga adulterada podría ser la causa de los tres fallecimientos registrados en la cárcel de Zuera en solo seis días, un hecho que ha generado una gran preocupación entre los responsables del recinto y que no tiene precedentes. La última muerte tuvo lugar el pasado domingo, día 4 de enero, y la víctima fue un joven zaragozano que cumplía condena por el asesinato de su novia. Como ocurrió en los dos casos anteriores, registrados el 30 y el 31 de diciembre, el fallecimiento se produjo de forma fulminante, sin síntomas previos.


La Dirección General de Instituciones Penitenciarias prefiere no pronunciarse todavía sobre la causa de estas muertes, alegando que aún no se conocen los informes de las autopsias. Sin embargo, todo apunta a que estas tres personas, de entre 29 y 45 años, perdieron la vida tras consumir droga en mal estado. De hecho, la dirección del centro ya ha solicitado la colaboración de las Fuerzas de Seguridad del Estado para llevar a cabo un cacheo masivo de reclusos.


Los funcionarios han inspeccionado ya las 72 celdas del módulo 6, ya que las tres víctimas estaban destinadas allí. Esta zona de la cárcel está reservada para aquellos reclusos que tienen un empleo dentro del recinto y sus características son algo especiales. El último fallecido, José Peñuela Navarrete, trabajaba en la panadería de la prisión, por lo que se le permitía descansar por las tardes en su litera. Según confirmaron fuentes oficiales, fue una funcionaria del centro la que tuvo conocimiento de su muerte sobre las 17.45. El equipo médico se trasladó rápidamente a la celda, pero ya no pudieron hacer nada por su vida.


Como informó este periódico, el primer fallecimiento tuvo lugar el pasado 30 de diciembre, y la víctima fue Diego F. F., de 39 años, a quien se le encontraron varias bolas de hachís y heroína en el interior del cuerpo. La rotura de alguna de ellas pudo ser la causa de la muerte, aunque tampoco se descarta el consumo de otras sustancias. El fallecido trabajaba en la lavandería, lo que le permitía moverse con cierta facilidad por el recinto.


La segunda muerte se produjo al día siguiente, y en este caso el interno fue identificado como José Carlos A. S., de 45 años. Al igual que su compañero, se encontraba en el módulo de destinos, pero este se dedicaba a limpiar los viales del recinto. El segundo caso provocó preocupación entre los responsables del centro penitenciario, e incluso entre la población reclusa. Ahora, esta tercera muerte ha terminado generando cierta alarma.


Medios insuficientes


Durante las fiestas navideñas, se producen muchas entradas y salidas en la cárcel de Zuera, ya que se conceden numerosos permisos. Muchos reclusos aprovechan esta circunstancia para introducir droga en la prisión -sobre todo, hachís, heroína, cocaína y pastillas-, ya sea para su propio consumo o para traficar dentro del recinto. Y en no pocas ocasiones, para estirar la mercancía, se adultera con sustancias que pueden resultar muy peligrosas. De hecho, eso es lo que podría haber provocado la muerte de estos tres internos.


Los funcionarios cachean a todos los reclusos cuando entran en la cárcel, y se utiliza una especie de tirita para detectar si han estado en contacto con drogas o explosivos. Sin embargo, parece que estas pruebas preventivas no son muy eficaces. De hecho, los resultados son en algunas ocasiones erróneos. Los reclusos que quieren introducir droga en la prisión la ocultan dentro de su cuerpo, ya que para detectarla sería necesario un aparato de Rayos X. Y para poder someterles a este reconocimiento, tiene que ser un juez, ante unos indicios, quien lo autorice.