TURISMO

Pilaricas de plástico 'made in China'

Las imágenes de la Virgen siguen siendo, junto a los adoquines, uno de los souvenirs estrella en Zaragoza. Aunque ahora, estas figuritas se fabrican en Asia.

Gloria Armendáriz con el recuerdo zaragozano por antonomasia
Pilaricas de plástico 'made in China'
C.M.

Hubo una época en la que el plástico no se reconocía como tal y el 'made in China' casi no existía. Y esa fue la época del souvenir, según explica Antonio Vélez, de 52 años, propietario de las tiendas El Maño. Ahora ya queda poco de eso. Muchos establecimientos de Zaragoza han cerrado y otros solo abren en las temporadas clave. "Es una ciudad difícil. Tras la Expo no ha quedado nada que atraiga a turistas de manera continua", afirma Vélez.


Creció rodeado de vírgenes del Pilar, de todos los tamaños y materiales. "Era lo que más se vendía. Pero ya no tienen tanto atractivo, ahora se prefiere los adoquines, que además están muy ricos", comenta. Y a mitad de la explicación, irrumpen tres personas. Son de Castellón, vinieron a ver el Monasterio de Piedra y han aprovechado para conocer Zaragoza. Para no olvidar su viaje se decantan por una estampita y una medalla de la Virgen. Todo, por un euro. El 'kit' se anuncia en el escaparate como 'método anticrisis'.


Entre tanto cachivache al final lo que triunfa es lo tradicional, a pesar de que Vélez siempre intenta innovar. Ahora lo más vanguardista en el mundo del souvenir son unas sudaderas en las que puede leerse: 'I (corazón) ZA', al más puro estilo 'I (corazón) NY'. Eso, y los rosarios de plástico. "Desde que Cristiano Ronaldo se puso uno, se venden muy bien", comenta Vélez. Tampoco faltan los llamadores de ángeles, muy de moda últimamente, y los llaveros de Trancas y Barrancas, camuflados entre los del Pilar, el Puente de Piedra y la Aljafería.


Otra excentricidad para no olvidarse del encanto zaragozano: una pareja de baturros con cierto parecido a Nicolás Sarkozy y Carla Bruni, llegados de la mismísima China. "Es que ahora todo se hace en este país: las recreaciones de la basílica, las vírgenes y hasta estas figuritas. Fíjate, tienen los ojos achinados", explica el propietario de esta tienda.


Pero nada, vuelve a entrar otro cliente y ni siquiera se fija en uno de estos objetos. Va directo a por la bolsa de adoquines. Se lleva dos, seis euros en total. "Se venden muy bien porque son bastante baratos, más que las frutas de Aragón", explica Gloria Armendáriz, dependienta de Regalicos, en la calle de Alfonso I. La experiencia de esta mujer, que lleva 13 años en el negocio, es que todavía se vende mucho la virgen del Pilar. Las hay de todos los tamaños y todos los materiales y, por supuesto, de todos los precios. La más pequeña, 5 euros. Si es grande y de mármol, alcanza los 110. Las hay hasta espolvoreadas con una capa de purpurina azul.


Armendáriz y la propietaria del establecimiento, Fina Sánchez, aseguran que no existe un perfil tipo del comprador de souvenirs. "Vienen de todo: personas mayores, parejas jóvenes y grupos de niños que están de excursión". Ayer por la mañana había mucha 'chavalería' por la plaza del Pilar. "Yo he comprado una cinta, que me la ha pedido mi madre", comenta Silvia Mateo, riojana, que estaba con sus compañeros de clase. Y es que las cintas del Pilar se han convertido en uno de los recuerdos más demandados.


Otros, sin embargo, son algo más rebuscados. Rodrigo Aparicio llegó ayer de Valencia con su novia y lo primero que hizo en la capital aragonesa fue acercarse a una tienda de souvenirs. La elegida fue una de las del Maño, en la calle de Alfonso I. Primero se interesaron por los adoquines, luego, por las piedras de río y, finalmente, fueron al grano. "¿Cuánto cuesta el Macario (el conocido muñeco de José Luis Moreno) que tenéis en el escaparate?". "No está en venta", respondió María Teresa Mora, la dependienta. "Te doy 1.000 euros", le replicó Aparicio. "No, de verdad, no está en venta", le volvió a contestar Mora. "Viene mucha gente a preguntar por él", aclaró la dependienta cuando los valencianos salieron fuera del local para, al menos, hacerle una foto al muñeco.