Las aguas de la fuente de la Hispanidad, ubicada en la plaza del Pilar de Zaragoza, amanecieron ayer teñidas con un vistoso color verde que sorprendió a todo aquel que cruzaba por este céntrico espacio de la ciudad. La explicación para llevar a cabo esta manipulación radica en las pruebas que estos días realizan los técnicos municipales sobre la fuente para comprobar si las continuas filtraciones de agua que sufre el parquin subterráneo de la plaza provienen del citado estanque.

Según explican los trabajadores del aparcamiento de los juzgados, las goteras se reproducen a diario prácticamente desde el día de su inauguración. "Llevamos muchísimo tiempo así y había que hacer algo porque al final las columnas y las paredes sufren con tanta humedad", relató un empleado. En todo caso, las 352 plazas con que este garaje cuenta, distribuidas en tres plantas, permanecen abiertas y se pueden utilizar con total normalidad.

Desde Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), empresa encargada del mantenimiento y limpieza de la ciudad, aseguran que el producto empleado para dar color al agua "no es agresivo" y no obliga a un completo lavado de los conductos de la fuente. Sin embargo, apuntan que el tono verdoso permanecerá a la vista de los ciudadanos durante al menos 48 horas. Con esta medida se pretende poder localizar el origen concreto de las filtraciones para poder actuar sobre los escapes sellándolos de forma definitiva.

Durante la jornada de ayer, los técnicos municipales de Vialidad y Aguas y los encargados del funcionamiento de la fuente inspeccionaron la estructura del aparcamiento y del propio estanque en busca de las zonas donde se producen las pérdidas. Sin embargo, desde el Ayuntamiento reconocían ayer que no se había encontrado aún nada relevante.

"Es bonito, deberían dejarlo así"

Mientras eso sucedía en las plantas subterráneas del parquin, en la superficie crecía el interés de los viandantes por la curiosa estampa que ofrecía el estanque cubierto de un color verde tan intenso. Los turistas se quedaban sorprendidos ante tal imagen y se preguntaban si se trataba de algo común en la capital aragonesa. "Es lo primero que visitamos del día y nos encontramos con esto", comentaba Lourdes Gil, llegada desde Madrid junto con su marido Armando, quien no terminaba de tenerlo muy claro: "Tiene toda la pinta de ser una gamberrada", decía.

Otros se lo tomaban con mejor humor. Era el caso de Sergio, un joven de 12 años: "Pues a mí me gusta. Es bonito, deberían dejarlo así", comentaba a su madre Cristina Morales. Ella le daba la razón pero tampoco entendía la causa de tan colorida estampa. De momento, la fuente permanecerá con su aspecto actual hasta que se solucione el problema de las filtraciones, pero alguno ya apuntaba que sería un buen reclamo para el turismo teñir cada estanque de la ciudad con un color diferente.