Especial Pilar
Un pedacico de Zaragoza para regalar o guardar
Existe todo un mundo de recuerdos con los que tener cerca el Pilar, las fiestas y sus tradiciones.
Para los pequeños y los de más edad. Para jugar o para disfrute del paladar. Para lucir en el muñeca o para conseguir protección y sobre todo para no olvidar el paso por la capital maña, sus emblemas y sus tradiciones, el comercio zaragozano ofrece un amplio abanico de recuerdos con los que llevar un pedacico de Zaragoza para guardar o para regalar.
Suaves baturros para los más pequeños
Con mantón y cachirulo y flores en la mano para honrar a la Virgen del Pilar, este peluche blandito y suave fue creado por el ilustrador Víctor Meneses para el disfrute de los más pequeños de la casa y de los que ya no lo son tanto. Tienen una altura de 20 centímetros y están fabricados en suave felpa exterior y relleno de algodón.
La versión más tiernas de la Virgen del Pilar
En 2011 Sara Lasheras buscaba una Virgen del Pilar para regalar a una bebé. No encontró nada que la pequeña pudiera coger o abrazar y decidió inventarlo. Es Pilarín, una Virgen de peluche de 25 cm, una oferta que completa con un colgante para el carrito o la cuna y una manta sonajero.
Los clásicos patitos convertidos en paturros
Con castañuelas y vestidos con el traje regional, los clásicos patitos de agua se han convertido en Paturros. Creado por el zaragozano Raúl de Jesús, este divertido ‘souvenir’ llegó al mercado navegando por la red, pero alzó el vuelo y ahora puede encontrarse a pie de calle en una tienda física en el centro de Zaragoza.
La Ofrenda en los labios
Con ilustración original y exclusiva para HERALDO, estas coloridas tazas recrean pasajes de la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar.
La medida justa para sentirse protegido
Su origen está en la tradición del siglo XVII de ceder los mantos de la Virgen a los enfermos que lo pedían para quedar así bajo su protección, pero fue en 1621, por la dificultad de enviarlos a quienes residían fuera, cuando se empezaron a fabricar cintas de tela o de papel con la medida de la talla de la Virgen del Pilar. Ahora, esta cinta, de seda y en 12 colores, es un popular regalo que no falta en los vehículos e incluso se luce en la muñeca.
Dulces adoquines de camino a la basílica
De distintos sabores y gran tamaño (aunque ya los hay pequeños), estos recios bloques de azúcar que nacieron en Calatayud en 1928 de la mano del confitero Manuel Caro Gormaz, que decidió dar a estos interminables caramelos, que esconden una jota en su envoltorio, una dimensión tan sorprendente para hacerlos similares a los adoquines de las calles aledañas a la basílica del Pilar.
La joya de Zaragoza que luce con variados diseños
Es un imprescindible. La Virgen del Pilar como joya es el recuerdo al que no renuncian zaragozanos y visitantes. Diseñadas para todos los gustos, la Pilarica luce en colgantes, anillos, pulseras... Se ha hecho cada vez más popular el innovador diseño de Monge Joyeros, que nació en la servilleta de un bar del Tubo.
Cabezudos que salen todo el año
Son de lo mejor que sale para el Pilar, pero de ellos se puede disfrutar más allá de estas fiestas. Son el Morico, la Pilara y todos los que forman la comparsa de gigantes y cabezudos de Zaragoza. Una versión en goma, a la que sus padres, los hermanos Isabel y Javier Escudero, bautizaron como Zagazudos.
