fiestas del pilar
Carlos Pauner protagoniza la ofrenda subacuática del Acuario de Zaragoza
El alpinista no ha dudado en sumergirse a 9 metros de profundidad en un tanque entre pangas y arapaimas.
"Confiamos en que sea el único acto tradicional pasado por agua este año", decían esta mañana los participantes en la ofrenda subacuática que ha tenido lugar en el Acuario Fluvial. Este 2022, y ante una enorme expectación, ha sido el alpinista Carlos Pauner el encargado de colocar un ramo de flores a los pies de la Virgen en el tanque Río Mundo, el mayor de agua dulce de Europa. Le ha acompañado en la inmersión el director del Acuario, Javier González, que al igual que el deportista se ha colocado un cachirulo junto a la bombona de oxígeno.
Pauner se ha mostrado encantado de participar en este singular acto y ha apuntado que debe ser la única persona del mundo que ha hecho la ofrenda "a pie, pilotando un avión vestido de baturro y bajo el agua". Entre cámaras, niños y los cabezudos de 'La antigua Química', los buzos del Acuario Fluvial han cumplido con la tradición de la víspera del día del Pilar, su particular homenaje a la Virgen de carácter subacuático.
Rodeados de 850 ejemplares de peces de 15 especies procedentes de los más diversos lugares del mundo (entre otros, pacús y siluros), destacan las arapaimas, una especie amazónica de más de dos metros y medio de longitud y unos 120 kilos de peso.
"Son hombres que nadan y de color verde", decía el pequeño Julio Urdáiz, de apenas 6 años, un poco confundido con los reflejos del cristal del tanque. No han sido pocos los niños que han acudido a esta actividad, animada también por el gran castor de felpa que es la mascota del Acuario. A Leticia Grávalos, de 7 años, parecían asustarle más ciertos cabezudos que los enormes peces del tanque que contiene casi dos millones de litros de agua dulce. Este gran vaso, llamado Río Mundo, tiene 9 metros de profundidad, 47 de largo y 9 de ancho.
"Colocamos una pequeña estructura de tela y PVC, que es inocua para los peces, y ahí depositamos los ramos que podrán verse durante unos días", han explicado los organizadores de esta ofrenda, mientras ataban y enredaban los ramos de flores para que no fuera difícil manejarlas bajo el agua. Entre neoprenos, bombonas y máscaras, han saludado a las cámaras, mientras algunos peces enormes se les acercaban, pero no por el cotilleo de lo que ahí estaba pasando sino porque -cuentan- algunos son cortos de vista.
