las fiestas
El recinto ferial de Valdespartera, la gran casa de la diversión
Cada día miles de personas acuden a este espacio que ofrece gastronomía, actuaciones musicales y, sobre todo, la magia de las atracciones.
Los enclaves más multitudinarios de las fiestas se reparten entre el centro de Zaragoza y el recinto ferial de Valdespartera. Este segundo espacio es el destino cada día y, sobre todo cada noche, de miles de personas en busca de diversión. La estampa nocturna es especialmente impactante con ríos de gente moviéndose en un paisaje lumínico digno de ‘Blade Runner’.
Decenas de atracciones y de puestos de comida reciben al visitante. El menú en ambos capítulos es amplio. El tique hacia la felicidad de niños y adultos tiene, en la mayoría de casos, un precio de 3,5 euros –puede consiguerse un ahorro al comprar un pack–.
La oferta es abrumadora: desde un simulador de cine en 6D hasta la divertidísima y muy concurrida Super Olla XXL en la que los jóvenes se sientan en círculo en un ‘recipiente’ gigante que gira a una velocidad endemoniada, pasando por el Gusano Loco, la Súper Rana XXL, el balanceo del Barco Pirata en el interior de una jaula, el edificio de ‘Torrente 5’, la enorme "y auténtica" Mansión del Terror, las pasarelas de Donkey Kong, el siniestro y gótico El Monasterio, el espectacular Gigante Maxx –que alcanza una altura extraordinaria– o incluso chutar físicamente penaltis a Iker Casillas en el puesto Champions League.
Los más tradicionales también cuentan con sus opciones. Como pescar patitos (4 patos, 4 euros; 8 patos, 6 euros) con premios de Disney, cochecitos o peluches; tirar latas disparando una escopeta (3 tiros, 3 euros); o participar en un bingo (un cartón, 1 euro; 5 cartones, 3 euros) en el que uno se puede llevar una televisión de plasma, una batería de cocina, una cafetera Nespresso o un patinete eléctrico. "Aquí hay premios, de todo, todito todo", repite insistentemente el encargado. La carpa de Viva el Circo, en la que actúa Fofito, es otro de los destinos favoritos.
La gastronomía
Tanto trajín y tantas emociones hacen necesario llenar el estómago. Un establecimiento árabe en forma de haima, con sus mesitas bajas de té, sirve un pincho moruno por 4 euros y un bocadillo de falafel por 7. Una bandeja con ocho piezas de pollo frito y patatas se despacha a 15 euros, un Doner Kebab por 5, una mazorca de maíz asada por 3,5, un gofre de chocolate por 4, una piruleta gigante por 2,5, el algodón de azúcar por 4 y una docena de churros por 5. Para aquellos que quieran sentarse en una mesa e ingerir algo más contundente, una taberna sirve una carta con pescadito frito, calamares, buñuelos, morcillas, pinchos, chuletón...
A pocos metros, la Oktober Fest ofrece un año más su popular propuesta de música, comida y cerveza. Toda una experiencia que cuenta con un nutrido contingente de fieles día tras día.
Un itinerario lúdico que desemboca en el Espacio Zity, una colosal zona de ocio con una capacidad máxima para 25.000 personas. Una carpa está consagrada a las bandas aragonesas y de tributo, otra al baile y al ‘remember’ y la principal reúne diariamente a grandes nombres nacionales de diferentes estilos (todavía tienen que desfilar Bad Gyal, Izal, Juan Magán y la fiesta Rave the River).
Las barras no cesan de calmar la sed de los asistentes. Un botellín de agua cuesta 2 euros, un refresco 3, un doble de cerveza 4, medio calimocho 4 y un chupito de whisky 3.
Entre baile y baile, el Gastro Bar alimenta a la concurrencia. El Timple vende su hamburguesa de queso por 6 euros y un perrito caliente por 4. La minicaravana de Authentic ofrece un ‘triplete’ de croquetas (de chuleta de buey, de jamón y queso...) por 5 euros. Los bocadillos calientes se van a los 6. Incluso puede degustarse un carajillo por 3 euros.
