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Cantador de jota aficionado: “Antes de aprender hacía muchos gallos. Ahora me piden que cante en la peluquería”

La jota vive un momento dulce gracias al pregón de las Fiestas del Pilar y a su candidatura a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Este baile popular se transmite entre generaciones y es símbolo del arte y el folclore de la comunidad
Este baile popular se transmite entre generaciones y es símbolo del arte y el folclore de la comunidad

La jota va a ser la protagonista del momento más esperado por todos los zaragozanos en las próximas Fiestas del Pilar 2022. Como pregonera, va a tener una gran visibilidad dentro y fuera de nuestra comunidad. Algo que puede contribuir a su difusión y fomentar el interés de la gente en ella y en su aprendizaje.

Así lo cree Teresa Betoré, directora del grupo y de la escuela Nobleza Baturra. “Somos optimistas. Entre el pregón, la candidatura a ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y el fin de la pandemia se nota un mayor interés por la jota”. Con la covid, descendió a la mitad el número de alumnos de esta escuela de jota zaragozana y ahora “se están retomando las cifras anteriores a 2020. Nos estamos recuperando”, dice Betoré. “Esta semana hemos tenido 3 o 4 nuevos alumnos y, posiblemente, el pregón haya influido en estas matrículas” cree la directora de este grupo folclórico.

Más afición entre la gente mayor

Viene mucha gente mayor a aprender. Es algo que en mis 40 años de experiencia no me había pasado. Son personas que aprendieron algo de pequeños y ahora quieren retomarlo”, explica a directora de Nobleza Baturra. “Empezamos hace unos años con un grupo de 7 personas mayores y ahora ya son 20” ,continúa la directora. “Su motivación es pasarlo bien, disfrutar”, añade. “Hemos adaptado las clases a ellos ya que hay saltos o rodillas que no pueden hacer, aunque ellos me piden que no los quite”, señala Betoré.

Yo lo noto en la peluquería”, dice Pedro Royo, peluquero y cantador aficionado de jota. “Desde que se emiten programas en la televisión sobre jota, la gente quiere aprender”, explica Royo. “Ahora con el pregón hay otro ritmo. En la peluquería hablan de eso", afirma el peluquero. “Hasta mi yerno, con 26 años, dice que quiere aprender a cantar jota, y eso que no lo ha vivido en casa, porque es soriano”, explica este aficionado.

Pedro Royo forma parte del grupo folclórico Rasmia Aragonesa con el que canta desde hace 8 años. "Aprendí a cantar jota a los 50. Antes cantaba fatal. Hacía muchos gallos y ahora me piden que cante en la peluquería”, presume Royo. “No soy un profesional, soy de 2ª división B, pero no tengo ninguna vergüenza”, bromea este jotero aficionado.

Una programación fija de jota

Ismael Allueva, director del grupo folclórico El Pilar de Zaragoza, no coincide con esta visión tan optimista. “No creo que el pregón atraiga más gente”, asegura Allueva. “Hace dos años notamos el bajón de la pandemia y entre 2020 y 2021 no se apuntó ningún niño. Fue un año perdido”, lamenta el director del grupo El Pilar. Aunque “se han recuperado” las cifras de alumnos en el resto de franjas de edad se ha perdido una generación ya que no tenemos niños de 4 y 5 años apuntados”, continúa Allueva. ”Por este motivo, el grupo de los benjamines y la escuela base están flojos” explica el director.

Lo que ayudaría realmente a la jota no es el pregón sino que nos vieran más en Zaragoza”, argumenta Allueva. “Solo actuamos en las Fiestas del Pilar. Si se vieran jotas todos los fines de semana o si hubiese un escenario con una programación durante todo el año los niños de Zaragoza verían a otros niños bailar jota y eso sí que ayudaría”, concluye el director del grupo El Pilar.

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