Atrapados en una magia nueva
Si ya con el precedente ‘45 cerebros y un corazón’ Maria Arnal i Marcel Bagés se revelaron como uno de los sucesos más gratificantes aparecidos en la música popular de este país en los últimos años, con el reciente ‘Clamor’ el dúo catalán ha superado todas las expectativas: un álbum arrebatador, osado, deslumbrante en fondo y forma, que presentaron el martes en el Jardín de Invierno.
Pero ocurre que en directo todas las múltiples virtudes de ‘Clamor’ se ven potenciadas por una brillante puesta en escena conceptualmente inspirada en la tragedia griega; María, dos voces femeninas (Amelia Aguilar y Julia Colom) y Marcel Bagés y David Soler, encargados de las guitarras, teclados y electrónica, todos vestidos de blanco, siempre iluminados por focos de luz blanca. El efecto que produce tiene algo de mágico ritual (Maria habló de "una nueva magia") que conecta el pasado con el tiempo presente, pues las nuevas canciones de la pareja se envuelven decididamente en ropajes electrónicos. Y no son canciones fáciles a la primera escucha, ni hacen concesiones a ritmos bailables o estribillos adhesivos (aunque ese «caminito de perlas, muérdeme muérdeme el cuello» de ‘Fiera de mí’ se queda grabado a fuego). Hay en ellas una clara inclinación experimental, tanto en las voces como en los tratamientos sonoros, que les acerca a territorios de vanguardia. María canta con una sensibilidad exquisita y rebosa emoción, despliega recursos teatrales con las otras dos féminas, mientras sus compinches masculinos aportan toneladas de ‘loops’, guitarras distorsionadas y atmósferas hipnóticas. A través de piezas como ‘El gran silencio’, ‘Cant de la sibil.la’, ‘La gent’, ‘A la vida’ (de Ovidi Montllor), ‘Canción total’, ‘Tras de ti’, ‘Tú que vienes a rondarme’, la citada ‘Fiera de mí’, ‘Jaque’ o ‘Ventura’, Arnal & Bagés embelesaron al público en un concierto extraordinario.
