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Feria de artesanía: de los quesos del Pirineo a las camisetas de los cabezudos y los bolis de bambú
Los artesanos vuelven "con muchas ganas" y "expectantes", tras el parón por la pandemia, a una cita que ha comenzado sin aglomeraciones, con la plaza de los Sitios dividida en dos circuitos para controlar aforos.
Los artesanos han vuelto "con muchas ganas" a ocupar la plaza de los Sitios de Zaragoza con la tradicional Muestra de Artesanía y Agroalimentaria Aragonesa, en su edición número 30, que el año pasado tuvo que suspenderse por la pandemia de covid-19, como el resto de actos festivos. La relajación de las restricciones ha permitido que regrese la cita con la alimentación, la cerámica, la moda, los complementos, juguetes y otros productos hechos en Aragón.
Este sábado por la mañana se podían recorrer los 54 puestos sin aglomeraciones. "Necesitábamos que volvieran las ferias, nuestro mayor volumen de ventas, el 90% es en ferias, aunque también vendemos por internet", ha explicado Yan Baquero desde Taller de Bambú, artesanos oscenses que trabajan cerca de Graus, en el Lago Barasona. Ha confesado que las expectativas para este año "son bajas" porque no han podido acudir a ferias, pero "venimos a Zaragoza con muchas ganas". Entre los compradores de la mañana una familia se llevaba una pluma estilográfica.
Uso obligatorio de mascarilla
"La feria está muy lucida, tenemos que volver ahora a la comida, que solo hemos comprado unos quesos del Pirineo", ha contado Antonio Lafuente, que venía de Madrid, junto a su pareja, zaragozana, Pilar Mena. La cita en la plaza era una de las pocas de estos días "como se ha anulado casi todo", ha dicho, pero pensaban salir a comer. "Lo que nos dejen, terrazas y comidas", ha comentado.
Este año hay novedades en la organización para cumplir las medidas de prevención de contagios. Así, es obligatorio el uso de mascarilla en el recinto, que recuerda el personal que controla las entradas, que llevan a cabo también el conteo manual de visitantes.
Se han establecido dos circuitos con varias entradas, uno para las casetas de madera de alimentación, que se han instalado en la parte más exterior de la plaza, y otro para el resto de productos, en las carpas naranjas y blancas, alrededor de la fuente. A algunos de los primeros visitantes les ha costado un poco centrarse para no dejarse ninguna zona.
Los puestos comparten espacio como otros años con los Títeres de Cachiporra de Teatro Arbolé, en su recinto al aire libre, y la noria de madera para niños que en otras celebraciones se ubica también en la plaza del Pilar.
Moda y alimentación
En una de las entradas de la zona de artesanía decorativa se ha colocado el cartel de agradecimiento por consumir productos de Aragón. Como otros años, se pueden encontrar originales diseños en cerámica, madera, forja o cristal de varios rincones de Aragón junto a colgantes, pendientes y pulseras o juguetes para niños.
Unos de los puestos que despiertan más interés entre las familias que buscaban un recuerdo de las fiestas son los de camisetas con mensajes o dibujos pilaristas. Los cabezudos el Morico, la Pilara o el Tuerto eran los protagonistas de unos de ellos, Chispón Artesanía, de Vanesa Alegre. "Estamos muy contentos de poder volver a nuestra plaza. La gente tenía muchas ganas de volver a la normalidad", ha asegurado. En este año en blanco para las ventas se ha apoyado también en internet. Una madre preguntaba por las camisetas con el diseño de la Virgen del Pilar.
La moda se hace un hueco también en la feria con diseños aragoneses como una de las colecciones presentadas en la última Aragón Fashion Week, celebrada en septiembre en Zaragoza. Conrado Moro de Dessin Moda y Complementos lleva a la muestra algunos de los modelos de la colección Tangram. "Para que nos conozcan tenemos que estar en la calle", ha explicado sobre la necesidad de que volvieran los mercadillos. Tiene tienda y taller en la avenida de San José. Todavía sigue sin regresar el mercado que se instalaba en Las Armas, a donde también acudía. Por ello, a la cita de este Pilar, aunque sea bajo restricciones por la pandemia, llega "con mucha esperanza".
Como otros años, la zona de la alimentación es la más concurrida, con alguna fila incluso para llevarse quesos o dulces. "¿Quién da la vez?", preguntaba una señora al ver a media docena de personas delante de la caseta de quesos de la localidad oscense de Saravillo. "Nos los regalaron unos amigos y nos gustó. Hace años que venimos a la feria a comprarlos", contaba Pilar junto a su marido, que acaban de comprar uno, una pareja de jubilados que reconocía que el recorrido dividido por lonas era un poco "complicado".
Cerveza Rondadora recibe a quienes entran desde la esquina de la plaza más cercana al kiosko de prensa. Llevan cinco años acudiendo a la feria desde La Cabezonada, un municipio cerca de la localidad oscense de Aínsa. "Es de las pocas ferias que seguimos haciendo siempre", ha reconocido Gonzalo Fernández. "Nos planteamos no venir porque nos dijeron que estaba el aforo limitado, pero, de momento, está funcionando bastante bien. No se apelotona la gente". La mayoría de la cerveza la venden en la zona de la comarca del Sobrarbe repartiendo a tiendas y bares.
"¿Es cerveza aragonesa?", le ha preguntado una joven. "Yo soy de Zaragoza y es la primera vez que ha venido mi amiga de Lugo y le estoy enseñando el mercadillo y ahora iremos a la plaza del Pilar a comprar medidas de la Virgen", ha explicado Raquel Valej. Ella visita desde pequeña la muestra. Paula Parente, su amiga, es compañera del colegio mayor en Madrid donde estudian en la universidad. "Me hacía mucha ilusión venir a las fiestas porque son muy conocidas", ha dicho Paula. "Su abuelo le ha pagado hasta el billete de autobús porque decía que le hacía mucha ilusión que viniera a las Fiestas del Pilar", ha añadido Raquel. Hacía una foto a las cervezas para enviárselas a otro amigo gallego. "Como presumen tanto de Estrella Galicia, a ver si les gusta la cerveza de Aragón", ha bromeado.
En la lista de productos aragoneses hay también jamón, salazones y trufas, entre otros productos. "Venimos desde hace cinco años, cuando abrimos la empresa", ha contado José Enrique Gil, de Setrufma, del municipio turolense de Cantavieja. En su mostrador podía verse aceite trufado, trufa en su jugo, sales trufadas y boletos deshidratados.
Para los más lamineros no falta la repostería y las mermeladas como las de Elasun de Barbastro. Llevan también tomate rosa de la zona en conserva. Desde hace unos 15 años acuden a la cita y este año lo hacen "expectantes", ya que es su primera salida después de casi dos años, ha explicado Asunción Verroy, junto a Angela Marcu. Desde 2020 han vendido a través de internet y a tiendas para poder seguir trabajando pese a la crisis sanitaria. "Por ahora la gente pasa paseando, pero pensamos que irá bien, tenemos buenas expectativas", ha deseado.
La muestra permanece abierta hasta el próximo domingo, 17 de octubre, en horario de 11.00 a 14.00 por la mañana y de 17.00 a 21.30 por la tarde.
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