Adiós a un torero de los de antes

El Cid logró ayer su cuarta puerta grande en Zaragoza. Se va un hombre respetado por los aficionados. Se le echará de menos.

El Cid se despidió en Zaragoza de las plazas españolas.
El Cid se despidió en Zaragoza de las plazas españolas.
Raquel Labodía

Se ha convertido en costumbre que el himno de España suene durante el paseíllo en la tarde del 12 de octubre. También que el cartel escogido para la ocasión sea uno de los más discretos de la feria. El adiós de Manuel Jesús ‘el Cid’ se presentaba como principal reclamo. Casi 20 años de alternativa (tardía) a sus espaldas. Dos puertas grandes de Madrid (la espada le privó de más), cuatro del Príncipe en Sevilla y otras tantas en Zaragoza, que ayer iba a encumbrarlo por última vez.

Sobrepasadas las 20.00, el diestro de Salteras abandonaba La Misericordia aupado a hombros por su gente. Derribado, un sensacional toro de Hermanos García Jiménez premiado con la vuelta al ruedo, le acercó el triunfo. Y Manuel Jesús, aún empequeñecido por el irremediable paso del tiempo, supo aprovecharlo.

Los lances desde la mano izquierda de oro que mandó en el toreo a fines de la pasada década fueron efímeros. Todos quedamos con ganas de más. Pero el pitón superlativo era el derecho. Y por ahí lució al incansable animal hasta llegar a pasarse de faena con muletazos de menor calado e imprudentes desplantes con su oponente todavía entero. Daba igual. Era su tarde. Y hasta la tizona, que tantas veces le negó el éxito, funcionó.

La afición de Zaragoza era un clamor para despedir a un torero de los de antes, en contraste con los nuevos tiempos y formas. Ahí estaban sus compañeros de terna para recordárnoslo. Alberto López Simón, acumulando pases vulgares, sin profundidad alguna. Fandila, en busca de la gratitud de los tendidos del sol, por donde cada vez lucen menos trajes baturros en el día de la patrona. Una jornada de intensa programación en la que la corrida de toros no debe perder relevancia. Ayer por la tarde se superaron los tres cuartos de entrada. Y eso es, como poco, a lo que hay que aspirar. 

Gonzalo Caballero, herido de gravedad

A 300 kilómetros, en el cierre de temporada en Las Ventas de Madrid, Gonzalo Caballero fue herido de gravedad al entrar a matar a su primer toro. Según el parte médico emitido por el cirujano jefe de la plaza, Máximo García Padrós, el diestro madrileño sufrió una cornada de dos trayectorias "muy grave" que le seccionó la vena femoral y partió el cuádriceps.

Caballero, amigo íntimo de Victoria Federica, hija de la infanta Elena, fue intervenido durante más de dos horas en la misma enfermería, antes de ser trasladado al hospital San Francisco de Asís de la capital de España, donde permanece ingresado. No es la primera vez que el joven diestro sufre una cogida de estas características. En la pasada feria de San Isidro, y también realizando la suerte suprema, recibió una cornada de 25 centímetros en el tercio superior del muslo izquierdo.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión