fiestas del pilar

A falta de pabellón, buena es la peña

La UPZ disfruta de un recinto común para sus 7.000 peñistas en el Espacio Zity. Los socios de Interpeñas viven el Pilar en sus locales

Fiestas del Pilar
Imagen del interior de la Peña El Rebullo. Al fondo, la discomóvil.
Francisco Jiménez

Quedaron atrás, en un rincón de nuestra memoria, los años pilaristas en la antigua Feria de Muestras, en Fernando el Católico; en la Chimenea, en la ídem, cerca del Ebro; en el ferial de Miguel Servet; o, los más cercanos en el tiempo, del Parking Norte. Pero el pabellón común de Interpeñas se acabó de la misma forma que se acabó la unión entre las peñas. Aproximadamente la mitad de las peñas y de los peñistas abandonaron la Federación para crear la Unión Peñista de Zaragoza, que aglutina a 12 agrupaciones y alrededor de 7.000 personas. En Interpeñas quedan 14 y un número semejante de socios que en la UPZ. Sin un espacio compartido, las dos entidades han seguido diferentes caminos. La UPZ alcanzó un acuerdo con el Espacio Zity de Valdespartera para trasladar allí su fiesta. Mientras, Interpeñas cuenta con un pequeño espacio en Las Fuentes, en la calle Florentino Ballesteros. Allí no caben todos y cada agrupación se lo monta en su sede.

En Valdespartera, a apenas unos metros del recinto ferial, la UPZ se ha hecho un sitio en el Espacio Zity. En la noche del sábado al domingo todavía reverberaba el ‘No sé qué me das’ de Fangoria, con ese poderío de Alaska. Peñistas junto a toneladas de vatios y decibelios y al público que exclusivamente iba a ver a la diva camaleónica, a la voz de Fangoria. El espacio cuenta con varias carpas. Una de ellas, la ‘Remember’, la habitan estos peñistas. «Los fines de semana se cierra a las seis de la madrugada y entre semana, a las cinco. Aquí se pueden ver buenos conciertos (flipante Alaska...) y estar con los amigos, muchos de ellos peñistas», apuntaba Jorge Gracia, presidente de Los Marinos y de la UPZ. Corre la birra y se puede papear. Barrito fetén. Conviene estar al loro, aunque ‘porsiaca’ es visible la presencia de la policía. Muy buenos servicios y ágil comunicación con el centro urbano a través del tranvía. Buen sitio para pasar las fiestas.

Las peñas de Interpeñas también se lo pasan en grande, aunque en locales más pequeños. «A falta de pabellón, buena es la peña», saludaban esa misma noche, con entusiasmo y voz festiva, en la entrada de El Rebullo. En la calle Salvador Madariaga hallábase el local de la peña. Nada más entrar, en primera fila de la barra, Sara Priego daba cuenta de un bocata. Sara es presidenta de El Rebullo y de Interpeñas. Opinión muy a valorar en estos días de desunión con la (paradójicamente...) Unión Peñista. Y para hablar sobre la ausencia de un pabellón que aglutine a las 26 peñas censadas en Zaragoza. Para muchos, este hecho, esta privación de un recinto colectivo, constituye la causa primera de las diferencias entre los dos entes peñistas.

Sin pabellón compartido, la fiesta peñista se divide y queda alojada en las propias sedes. Es el caso de El Rebullo. «No me hace falta el pabellón. Yo disfruto de unas buenas fiestas aquí, como usted puede ver; pero es evidente que para mucha gente hace falta. Y hay que escuchar todas las opiniones», verbalizó Sara mientras César nos escrutaba con unas elegantes gafas azules. Desconozco si llevaban lentes o no, pero guapas de verdad las antiparras de César... Mientras detrás de mi cogote pedían una de papas, Sara continuó con su argumentación. «Nosotros abrimos durante todo el año los fines de semana, pero está claro que hay una franja pilarista en la que todos podríamos reunirnos en un pabellón en condiciones», concretó.

Interpeñas, que reúne a 14 peñas y casi 7.000 peñistas, cuenta con un espacio para 300 personas. «Nosotros intentamos ir al Parque Delicias, pero al final no cuajó. Por tanto, las fiestas las pasaremos en la peña», dijó. Mientras, al fondo sonaba a pleno pulmón la discomóvil. «Otro día traeremos a una ‘drag queen’. Y otro día tendremos una actuación infantil. Intentamos llegar a todas las edades», explicó. Además de un lugar de encuentro único, un futuro pabellón para las peñas también tendría una clara incidencia económica. «Esta peña se fundó hace 41 años. Es la más antigua de Interpeñas. Ahora tenemos 600 socios, pero llegamos a tener casi mil. En este tiempo sin pabellón hemos perdido 110 socios. Y el local se paga con las cuotas de los socios... Yo me lo paso bien en la peña, pero el pabellón nos iría pero que muy bien», concluyó.

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