Raphael, crónica de una victoria anunciada en el auditorio

Llegó, vio y venció. Una vez más. Ni las medallas que cuelgan de su pechera ni los discos de platino –incluso de uranio– que acumula en el desván, sacian el hambre de escenario y de gloria de Rafael Martos Sánchez. A sus 74 años, Raphael sigue abonado a la carretera y al vértigo de la novedad. Así, con un disco de estreno y una banda rejuvenecida, compareció anoche en Zaragoza, en un Auditorio en el que había despachado las 1.600 localidades con meses de antelación.

"Es un placer estar de nuevo en Zaragoza, un año más. Pero esta vez es un día muy especial que nunca me había tocado, el Día del Pilar, nada más y nada menos", pronunció para goce y disfrute de unos espectadores/fans que le regalaron atronadoras ovaciones en cada canción y en cada uno de sus gestos marca de la casa.

Precisamente por eso, por esa red de seguridad que le otorga su fama, hay que agradecerle al intérprete andaluz que no se conforme con repetirse cual cliché. A los arreglos ‘modernos’ que aplicó a sus himnos, le añadió una declaración de intenciones. Arrancó el recital con tres temas de su último álbum: ‘Infinitos bailes’, ‘Aunque a veces duela’ y ‘Loco por cantar’.

Un riesgo relativo y calculado, del que era muy consciente. "Sé muy bien a lo que ustedes vinieron". Así introdujo ‘Mi gran noche’, con la que prendió la mecha de una fiesta que se prolongó por espacio de más de dos horas. Una generosidad que bien podrían aplicarse artistas y bandas notablemente más jóvenes.

Entre vítores de "bravo" y "guapo", Raphael recurrió a su demoledor arsenal de hits: ‘Provocación’, ‘La noche’, ‘Yo sigo siendo aquel’, ‘Cuando tú no estás’, ‘Estuve enamorado’, ‘Estar enamorado’ o ‘Escándalo’. Y abrochó la autopista hacia el cielo con ‘Yo soy aquel’ y ‘Como yo te amo’. La crónica de una victoria anunciada.

Si una característica define la programación musical de las fiestas del Pilar de 2017, es su variedad. Resulta complicado no encontrar al menos una propuesta que agrade a todo tipo de gustos.

Como la visita de ese añorado hijo pródigo llamado Santiago Auserón y transmutado en Juan Perro. Un ilustre zaragozano que exhibió en la plaza San Bruno un estilo y una versatilidad encomiables. Hace tiempo que abandonó los atajos para concentrarse en las siempre más interesantes carreteras secundarias. Al margen de las modas y de las tendencias, transita por las sendas que le guía su inagotable inquietud por otros mundos y otros sonidos, como el son cubano o el jazz.

Cambio drástico de registro en Interpeñas, en una madrugada consagrada a un pintoresco cartel de supervivientes de los 90. Desde Chimo Bayo a Locomía, pasando por Viceversa, Paco Pil, la cantante Whigfield con su one-hit wonder ‘Saturday night’, Vengaboys con ‘Up and down’ y los alemanes Snap! con ‘The Power’ y ‘Rhythm is a dancer’.

El River Sound Festival se entregó a Camela, un talón al portador de diversión. Dionisio Martín Lobato ‘Dioni’ y María de los Ángeles Muñoz Dueñas nunca fallan desde hace 27 años. Una larga y fructífera trayectoria que les ha convertido en iconos de la tecno-rumba, con un repertorio tremendamente popular y del que anoche sazonaron algunos de sus capítulos más emblemáticos, como ‘Cuando zarpa el amor’, ‘Nunca debí enamorarme’ o ‘Escúchame’. Ante un público convencido y entregado, presentaron temas de su reciente nuevo disco, ‘Me metí en tu corazón’.