Unicornios, piratas y piñas, a ritmo de 'Paquito chocolatero' en el desfile de las peñas

Este año los peñistas han sido puntuales con una de sus citas más esperadas de las fiestas del Pilar. Cuando el reloj apenas marcaba las 16.00 y el termómetro daba 26 grados, el paseo de la Independencia comenzaba a recibir a los primeros y coloridos protagonistas de la tarde, cargados de vasos y botellas, muchos disfrazados –desde unicornios, piratas, abuelas, piñas o Harry Potters-, y acompañados por una amalgama de músicas, con ‘Paquito chocolatero’, el himno del Zaragoza o algún que otro éxito del verano como parte de la oferta musical.

Mientras la gente esperaba a la llegada del pregonero del año, el subir y bajar de charangas y camionetas cargadas de bidones era constante. A las 16.45, los peñistas, ataviados con los tradicionales petos blancos y las chaquetillas distintivas de cada una de sus peñas, se han aglutinado en la plaza España para escuchar el breve discurso protagonizado por Miguel Ángel Rodríguez, ‘El Sevilla’, cantante de Mojinos Escozíos.

“No bebáis muchos… refrescos. Que el gas es muy malo”, ha bromeado el cantante, que ha recibido un fuerte aplauso de la audiencia. Acto seguido las peñas han comenzado a dirigirse por la calle Don Jaime hasta la plaza del Pilar en un desfile de más de tres horas de duración.

La peña L´Albarda ha sido la encargada de encabezar dicha procesión, seguida de Los 5.000, El Rolladero o la Murga. En primera línea se encontraba un grupo formado por Udane (11 años), Arantxa (38) y Sonia (22), quienes reivindicaban que los pilares son cosa de todos. Sobre todo el desfile de peñas. “Es una de nuestras tradiciones más importantes que demuestra la unión de los vecinos de Torrero”, aseguran.

Marcos Izquierdo, joven zaragozano de la peña El Brabán de San José, ha desfilado por primera vez como peñista, acompañado de sus amigos Jorge Arcein y Víctor Soro. Han sido unos de los primeros en llegar. “Este día es muy importante para reivindicar la unidad de la peña y supone una reivindicación de la figura de los peñistas”, explica éste último.

A las 17.30 en medio del bullicio y acompañados de una curiosa mezcla de sonidos protagonizada por las distintas y animadas charangas, entre trompetas, tambores, saxofones y megáfonos se encontraban Sergio y Berit, que celebran sus primeros pilares como marido y mujer. En su caso como parte de la peña Vaquillera: “Es uno de los mejores días para los peñistas. Sin nosotros no habría pilares”.

Desde el barrio de las Delicias aterrizaba en la céntrica avenida la peña Las Migas, una de las más grandes de Zaragoza –con más de 1.000 peñistas- y entre cuyos participantes se encontraba Jorge Lázaro. “Nosotros hemos empezado la fiesta a las tres y media en el barrio, nos han repartido una mochila con un bocadillo y bebida para cada uno”, explica el joven.

En el puesto número 15 se ubicaban ‘Los que faltaban’, acompañados por la charanga ‘El Distrito’ de Quinto de Ebro y amenizada por Pilar que se encargaba de encender a un grupo de aguerridos peñistas seguidos muy de cerca por El Braban y Los Chachos. “De momento aportamos ruido y la alegría que necesita una celebración como esta”, reivindica.

Un público muy animado

Entre calles, en las esquinas y ocupando las aceras se encontraban numerosos vecinos de la capital aragonesa que no han querido perderse el desfile, eso sí, desde la grada. Entre ellos se encontraban, por ejemplo, Jesús y Ana. “Es muy bonito ver a la gente joven pasarlo bien y celebrarlo”, aseguran.

Desde hace años se mantienen fieles a seguir el desfile para ver a sus hijas, Jessica y Leticia Medel, que forman parte de la Peña Vaquillera. Junto a ellas se encontraba Daniel Bitrian, disfrazado de Spiderman, quien se muestra algo crítico por el cambio de recorrido que les ha conducido por la calle Don Jaime en lugar de la calle Alfonso. “No tiene nada que ver”, añade.

Sin embargo, entre los espectadores, hay quienes aprueban el nuevo circuito. “Creo que así está más controlado”, aseguraba Miguel Pérez, quien se ha acercado con un amigo de toda la vida, Francisco Morte, y sus mujeres a una terraza de Don Jaime para disfrutar del espectáculo. “Hemos llegado a las 4 para tener sitio. Yo he sido peñista 25 años pero desde hace dos he decidido descansar”, explica.