A las 22.00 de este domingo, media hora antes que el año pasado y hora y media más pronto de lo habitual (para respetar el necesario sueño de los pequeños), el cielo zaragozano se incendió con motivo de la traca final de las Fiestas del Pilar. Los fuegos artificiales lanzados desde el parque de Macanaz despertaron los aplausos de niños y mayores, que observaron con atención en una noche muy agradable en la que se disfrutó del broche final de las fechas más señaladas del calendario de la ciudad.

Sobrecogedor y precioso. Fueron 20 minutos de candelas y cohetes, de palmeras verdes y crisantemos rojos, de sauces verdes y demás efectos que, dibujados con toda la paleta de colores, impregnaron el aire con su característico olor a pólvora e hicieron temblar los cristales de las casas cercanas.

Varios metros por debajo, desde los puentes y las riberas, la multitud se afanaba móvil en mano por capturar la foto perfecta, ese encuadre arquitectónico a dos bandas en el que encajan la basílica de Nuestra Señora del Pilar, por un lado, y un castillo de fuego en el preciso instante, por otro. El Ebro, un espejo puesto adrede, completa la estampa.

El espectáculo corrió a cargo de Pirotecnia Zaragozana, empresa que sigue recuperándose del trágico accidente ocurrido en sus instalaciones de Garrapinillos el pasado año.

Música y reconocimientos

Minutos antes, en el escenario de Fuente Goya, los cantantes Ludmila Mercerón y La Ronda de Boltaña pusieron su sello personal a la canción 'Somos', de José Antonio Labordeta, que fue coreada por el público en un acto ya habitual en la programación de cada año.

Previamente, el expresidente territorial de la ONCE en Aragón y de la plataforma aragonesa de discapacidad CERMI Antonio Bes Abizanda fue nombrado este domingo Zaragozano Ejemplar 2016. En el acto, presidido por el Alcalde de Zaragoza, estuvieron presentes todos los grupos municipales, así como numerosos representantes de colectivos sociales y vecinales de la ciudad.