Desvergonzada puerta grande de Andy Younes

El sexto festejo de abono de la Feria del Pilar, la novillada del Cahoso y los Chospes, comenzó con espectáculo de quienes se hacen llamar antitaurinos y, cuando encuentran hueco en su apretada agenda, toman los aledaños de la Misericordia. Esta vez fueron un pasito más allá, y tres individuos se dignaron a pagar por entrar. Hasta el ruedo llegaron, para ser despachados por el personal de la plaza con el respeto que no guardan ellos. Menos mal que no se quedaron, no fue buen día para convertirlos en aficionados. Otra puerta sí hubiesen visto: la mal llamada de Goya. Grande y regalada.

Por ella salió Andy Younes, tras una faena que apenas mejoró la vulgaridad general. La compuso ante 'Solea', que mereció mucho más. Como sus compañeros de terna, anduvo despegado; fuera de cacho. Contadas veces cargó la suerte y adoleció de mando. El novillo tuvo cierta clase -principalmente por el pitón izquierdo-, pero jamás salió colocado del primer muletezo. Gustó una serie de circulares y un cambio de mano. También hubo algún que otro estético trincherazo. Para una oreja, si acaso. La estocada completa y rinconera le valió las dos. Se las concedió Carolina Chaves, entre las protestas de los pocos que mantienen el orden.

Esos que ya habían reprochado a Younes la vuelta al ruedo dada al acabar con su primero de un bajonazo de ley. Esos que no entendieron los terrenos en que fueron picados -por decir algo- los animales. Tanta culpa tiene el que no sabe -o no quiere- colocarlos como el que lo permite. Pero la tarde iba de consentimientos varios.

Mención aparte merece la forma en que Óscar Bernal atravesó la primera y segunda raya en busca del manso que abrió plaza. 'Largapuya' se llamaba, curiosamente. Pero no hubo manera de que la tomara.

Correspondió al mexicano Leo Valadez. Brusco y desordenado también. Mató de media estocada, y quién si sabe si perdió el trofeo que obtuvo después. El mexicano brindó a la cuadrilla otra clase de destoreo. Muletazos de los de verdad se vieron muy pocos. O ninguno. Se arrimó para templar desde las cercanías, y allí, sin exponer, acumuló un sinfín de trapazos hasta acabar por manoletinas y un bello cambio de mano. 'Ancioso' quedó colocado y Valadez introdujo un gran estoconazo. Por ahí vino otra oreja de las baratas. Algo está cambiando.

El tercer espada, Rafael Serna, tampoco se desvió del guión. Lo mejor lo propuso con unos lances a la verónica, antes de echar la patita atrás y torear descaradamente con el pico. El sevillano exhibió infinidad de ventajas e insistió con un innecesario arrimón final. Le quedaba una segunda oportunidad. Con 'Comprometido', el que cerró plaza.

Asustado por tanto despropósito, el negro mulato brincó las tablas de salida y puso el pitón en la misma cara de un niño que, ni de lejos, alcanzaba los 16 años requeridos. De no ser por el hierro que sujeta el burladero de ese callejón, el de la Diputación, la tarde de la transigencia pudo acabar en desgracia. La banda acompañó después la simpleza de la labor de Serna. Pudo ser la puntilla, pero aún quedaba por ver la verdadera clavada en el novillo vivo y puesto en pie. Fue tras una estocada pelín caída. Pero, para caída, la de la exigencia de esta plaza.Ficha

Sexta de la Feria del Pilar. Un tercio de entrada. Cuatro novillos del Cahoso, de juego desigual, bueno el 5º, y dos Los Chospes (1º y 3º), flojos.

LEO VALADEZ, de azul y oro. Media arriba (silencio). En el cuarto, estocada (oreja).

ANDY YOUNES, de malva y oro. Estocada caída (vuelta al ruedo protestada). En el quinto, estocada (dos orejas). Sale a hombros.

RAFAEL SERNA, de berenjena y oro. Estocada caída perpendicular (silencio). En el sexto, estocada (ovación de despedida)