Los menús del día del Pilar, para comer como en casa

Los restaurantes cuelgan el cartel de completo y muchos hacen dos turnos.

Carlos Ceperuelo, chef de La Bodega de Chema, preparando un cabrito asado como el que se servirá en el menú de hoy.
Los menús del día del Pilar, para comer como en casa
Guillermo Mestre

Unos entrantes variados, canelones, una buena ración de pescado, un asado de cordero o de cabrito, postres caseros y lamineros y una bodega de nivel para todos los gustos. Más o menos, esa es la base de todo menú que se precie en los restaurantes de la capital aragonesa, que el día del Pilar suelen colgar el cartel de ‘completo’ por ser esta una de las fechas del año en que miles de familias tienen por costumbre ir a comer fuera de casa para festejar el día grande de las fiestas, cuya mañana pasarán seguramente por la calle, la mayoría participando en la Ofrenda de Flores.


Tal es la demanda de mesas, que muchos establecimientos sirven dos turnos, uno hasta las 15.00 y el segundo a partir de esa hora. Los clientes que reservan para la primera tanda son advertidos en el momento de hacerlo de que no podrán alargar la sobremesa más allá de las tres de la tarde, hora en la que empiezan a llegar los clientes del siguiente turno. Es el caso, por ejemplo, de La Bodega de Chema, un establecimiento del entorno de la plaza de San Francisco, que hoy servirá a sus comensales un menú degustación por 48 euros por persona, todo incluido, que lleva crema de purrusalda de bacalao, mousse de cabracho y duxelle de gambas con champiñones como entrantes. Después servirán un canelón de pasta fresca rellena de pularda y pollo de corral con salsa de frutos de otoño y gratinado con bechamel trufada.


A continuación, llegará a las mesas un plato de merluza mechada de salmón ahumado y piquillo con pil pil de azafrán y lecho de arroz negro. Y, al final, se servirá el plato estrella de la casa, el cabrito asado al horno con patatas al estilo tradicional. Y de postre, a elegir entre milhojas de mousse de castañas o tarta sacher con salsa de melocotón. Para beber, un blanco chardonnay de Somontano y un tinto de garnacha de Cariñena. Esta jornada, el menú es el que hay, ya que sería imposible atender a tantos comensales sirviendo menús diferentes o platos a la carta.


Lo mismo ocurre en el restaurante Los Cabezudos y en la taberna Tragantúa, donde no habrá carta aunque sí la posibilidad de elegir entre dos menús diferentes, uno por 50 euros y el otro por 60. Se diferencian en algunos platos y en los vinos que los acompañan. Aquí no hacen turnos porque prefieren que la clientela pueda llegar y salir según su conveniencia. Muchas familias, especialmente las que contratan los salones privados en Los Cabezudos, son clientes desde hace 15 años o más, como señala Carlos Ayora, su director gerente:"Reservan ya de un año para otro porque esta fecha es una de las más complicadas para encontrar mesa y mucho más un salón privado".


También hay establecimientos que siguen fieles a su filosofía, a pesar de todo. Así, quienes acudan hoy al restaurante Palomeque podrán degustar los mismos platos y productos que todos los días."Aquí no hacemos menú único, preferimos dar lo mismo de siempre, aunque, eso sí, no daremos servicio de barra para que los comensales estén más anchos", señala Jesús Miguel Arlés, uno de sus propietarios.

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