Locura en versión extendida en el quinto año de La Pegatina

La banda ofreció un hilarante concierto de dos horas en el Espacio Z, esta vez con trece chalados sobre el escenario.

Concierto de La Pegatina
Concierto de La Pegatina
Maria Bressel

Si La Pegatina ya era sinónimo de fiesta, no hay palabras para definir a la versión extendida de la banda que desembarcó esta vez al Espacio Z de Valdespartera.


Es el quinto año consecutivo que la loquísima big band viene a Zaragoza para tocar en las Fiestas del Pilar pero en esta ocasión no eran siete, sino trece, los 'chalados' que animaban el cotarro desde el escenario.


Con la incorporación de la voz femenina de 'La Canija' y de nuevos saxos, trombones, violines y guitarras, La Pegatina vino a Zaragoza como La Gran Pegatina y ofreció un hilarante concierto de dos horas durante las que el público asistente no pudo dejar de saltar. Porque quien los escucha brinca. Quiera o no quiera. Ya sea por sumisión a su gamberra rumba o por imposición del resto de asistentes poseídos. Y es que en sus conciertos, quien no se rinde al pogo no vive.


El buenrollismo y el circo de La Pegatina arrasaron y arrollaron un año más. En castellano, catalán, francés, italiano, gallego, euskera y algo de inglés contagiaron optimismo y ganas de todo a través de los temas más potentes de sus cinco discos de estudio. También cantaron 'Vamos a por ti', el tema que han grabado junto a las incorporaciones han elevado a la banda a la categoría de 'grande' durante los cinco meses que ha durado la gira de 'La Gran Pegatina'. Gira que termina este fin de semana en Madrid con dos conciertos en la sala Riviera para los que se han agotado todas las entradas.


Como no podía ser de otra manera, el concierto finalizó con un estallido de confeti. El confeti de colores se ha convertido en una seña de identidad del grupo y siempre surte el efecto deseado: euforia colectiva para terminar por todo lo alto.


Antes, el público había respondido de inmediato a la llamada de La Pegatina dando rienda suelta a la locura y prestándose sin problemas a acatar las órdenes coreográficas de quienes mandaban desde el escenario. Hacia la derecha, hacia la izquierda, manos arriba, abajo o palmas rumberas, todo se acata.


Por supuesto y como siempre La Gran Pegatina terminó tocando 'Maricarmen', algo que también se ha convertido en característico de sus conciertos.

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