Anoche Valdespartera no estaba llena de peñistas, sino de chupas de cuero, pañuelos en la frente y barbas frondosas. La Zaragoza más rockera acudió en masa al recinto ferial para dar su "hasta siempre" a Los Suaves, el referente del rock and roll español más consecuente hasta la fecha.

Los gallegos anunciaron en diciembre el inminente punto y final a una carrera de más de 34 años escribiendo en la historia del rock y el concierto de anoche, en plenas Fiestas del Pilar, fue su forma de decir adiós a sus fieles aragoneses. 

El rictus de los fans más veteranos se alzaba solemne sobre el ambiente festivo generalizado. Entre el público abundaban las cabezas canosas y las cazadoras desempolvadas para la ocasión. Estaban viendo marchar a la leyenda patria con la que entraron en la edad adulta y asumían el concierto como una especie de ceremonia presidida por el imponente gato en llamas. 

Ha llovido mucho desde que Los Suaves se subieron al escenario como teloneros de Los Ramones en 1981, pero sus componentes se mantienen fieles a su estética y se presentaron ante su público de Zaragoza vestidos, cómo no, con sus vaqueros, sus cazadoras y su pelo largo.

Arrancaron la noche al golpe de guitarra de 'Preparado para el rock 'n' roll' y mantuvieron caldeado el ambiente repasando algunos de sus temas más conocidos. Incluso los más jóvenes reconocían haber cantado sus canciones más sonadas: 'Dolores se llamaba Lola', 'No puedo dejar el rock' o 'No le grites', himnos del rock entonados generación tras generación durante años. 

La voz de Yosi, los golpes de Tino y los acordes de Charly, Cereijo y Calvo recordaron a los asistentes por qué Los Suaves han acumulado más de dos millones de discos vendidos, un millar de conciertos en directo y cerca de 150 temas editados.

Tras ellos, se subieron al escenario los ejeanos Tako, otros rockeros con casi treinta años de trayectoria pero queen el concierto de anoche dejaron muy claro que aún les queda mucho rock por sembrar en tierras aragonesas.