La Feria de Muestras sigue fiel a su oferta de comercio y ocio 75 ediciones después

Para la construcción del recinto y su puesta en marcha se invirtió algo más de un millón de pesetas.

Ejemplar de HERALDO DE ARAGÓN que habla de la inauguración de la Feria de Muestras.
Ejemplar de HERALDO DE ARAGÓN que habla de la inauguración de la Feria de Muestras.

Bajo el título “una disposición interesante” se anunciaba, en la edición del domingo 3 de noviembre de 1940 de HERALDO DE ARAGÓN, la autorización concedida por el departamento de Industria y Comercio para la celebración, entre el 15 y el 31 de mayo de 1941, de la Feria de Muestras. 75 ediciones han transcurrido entre ese momento y este domingo, cuando se inaugura la nueva cita, ligada desde hace décadas a la programación de las fiestas del Pilar, aunque no siempre fue así.


La primera feria, cuyo nombre oficial fue 'Feria de Muestras Nacional de Zaragoza', se preparó a conciencia durante meses. A mediados de diciembre de 1940, seis meses antes de la inauguración oficial de la feria, ya se daba cuenta de numerosas adhesiones. “Existen ya peticiones en firme para ocupar los stands cubiertos de la Feria y muy pronto circularán los boletines de inscripción”, decía HERALDO DE ARAGÓN.


Pocos días antes de la cita se avisaba a todos los expositores para que comenzaran “inmediatamente” con la instalación de sus stands “con el fin de que todo esté dispuesto para la inauguración”, que se dibujaba como un gran acontecimiento para la ciudad. Esta llegó, tras meses de trabajos, el 22 de mayo de 1941, con varios días de retraso respecto de la fecha inicial prevista.

Éxito de la primera cita

“En brillantísimo acto, el ministro de Industria y Comercio inaugura la Feria Nacional de Muestras de Zaragoza”, títuló HERALDO DE ARAGÓN en su edición del viernes 23 de mayo. Las instalaciones fueron bendecidas por el arzobispo de Zaragoza. Los expositores permanecieron en el espacio que hoy ocupa la Cámara de Comercio de Zaragoza y sus aledaños durante 32 días. Por la feria llegaron a pasar 173.000 personas, “todo Zaragoza sin distinción de clases ni categorías”, decían las crónicas de la época.


Para la construcción y puesta en marcha de la Feria, con la torre que hoy conocemos como referencia, se invirtió algo más de un millón de pesetas. Los patronos de la Feria contaron con una subvención de 25.000 pesetas (“en comparación, más de lo que recibimos ahora”, valoraba este jueves en rueda de prensa Manuel Teruel, presidente de Feria de Zaragoza). La recaudación de la primera cita superó en 200.000 pesetas la inversión inicial, por lo que se puede concluir que fue todo un éxito.


En diciembre de ese mismo año se celebró la segunda edición. La tercera cita, ya se trasladó a octubre, coincidiendo con las fiestas del Pilar.

Un referente comercial y de ocio

Los primeros certámenes, explicó Manuel Teruel, tenían una vocación exclusivamente 'exhibicionista': “No se vendía, solo se exponía”. La feria era una suerte de exaltación de los avances tecnológicos que iban llegando al país, que aún estaba recomponiéndose de los años de guerra.


Mediado el siglo XX, el tejido comercial de la capital y de las grandes ciudades de Aragón era infinitamente más limitado que el actual. Por ello, durante décadas, la Feria de Muestras fue el referente comercial de Zaragoza. “Un escaparate de innovación”, destacan fuentes del organismo, que aseveran que muchos de los productos con los que hoy estamos más que familiarizados se vieron por primera vez en la ciudad en el marco de la feria.


La feria era el lugar en el que se podían ver las novedades internacionales. La fregona, patente ideada por el ingeniero Manuel Jalón Corominas fallecido en 2011, se vio por primera en la capital aragonesa en la feria del año 1957. También a través de la feria llegaron los primeros robots de cocina a Zaragoza ya en la década de los 70 e incluso los primeros perritos calientes, que entonces se vendían como lo que eran: bocadillos de salchichas. “La Feria de Muestras era la teletienda de hoy en día”, ejemplificaba Manuel Teruel.


Junto a las novedades internacionales siempre convivieron los productos de la tierra. Entre otros muchos, los pedazos de sal de las salinas de Remolinos cuya función era aumentar la sed de los visitantes y que consumieran refrescos. Este año, tres empresas aragonesas entre las que se encuentra HERALDO DE ARAGÓN, serán distinguidas por los organizadores de la Feria por haber apoyado desde su fundación el certamen. Junto a HERALDO, Balay y La Zaragozana también serán homenajeadas.

Cambio de sede en los 80

Las primeras ediciones fueron muy generalistas: en los pabellones se podía ver todo tipo de material, aunque abundaba la maquinaría agrícola. De hecho, fuentes de la organización de afirman que ésta fue el germen de algunos salones especializados que vinieron después, como FIMA. Con los años, la variedad de productos terminó convirtiéndose en una seña de identidad.


En la década de los 80 llegó uno de los momentos más importantes para la Feria General. La ubicación en el interior de la ciudad hacía que las instalaciones no pudieran expandirse más y llegó el momento de cambiar de ubicación. El 9 de octubre de 1986, el rey Juan Carlos I y doña Sofía inauguraron las nuevas instalaciones de la Feria de Muestras, que este domingo de nuevo abrirán las puertas para todos los zaragozanos. Al acto asistieron todas las personalidades de la ciudad, parte de la provincia y los cargos directivos de la Cámara de Comercio.


Hoy, la Feria de Muestras, aunque no está tan ligada al comercio como antes, sigue siendo un referente para comprar desde muebles hasta coches de ocasión pasando por embutido, ropa o menaje del hogar. Pero el componente de ocio ha adquirido fuerza en los últimos años y se ha revelado como uno de los puntos fuertes del espacio que abrirá sus puertas este domingo. El espacio de atracciones y actividades para niños es uno de los que más triunfa. También lo hacen las exhibiciones del Ejército, que dan a conocer los pormenores de su labor cada año.


Entre el 11 y el 18 de octubre, la Feria permanecerá abierta de 11.30 a 20.30. Los visitantes, que podrán llegar hasta el recinto en coche particular o en autobuses gratuitos que se fletarán desde distintos puntos de la ciudad cada día, tendrán a su disposición ocho pabellones y más de 432 expositores a su disposición para seguir perpetuando la esencia de una de las ferias de muestras más longevas de España.

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