Luque: "En esta encerrona se me puede exigir lo que en su día no supe dar en Madrid"

Independientemente de su escenario y de sus protagonistas, el anuncio de una encerrona siempre genera una atmósfera especial. El aficionado es consciente de la exigencia de afrontar un reto de tal magnitud y aguarda expectante a que llegue la hora de encumbrar o enterrar la figura de ese "inconsciente" comprometido con la ocasión.   

Daniel Luque devolverá esta tarde a la Misericordia una tipología de festejo que hace tiempo que no se presenciaba, lidiando en solitario seis astados de diferentes hierros, algunos de ellos de los denominados 'duros', que tanto gustan a buena parte de la afición de Zaragoza. El gerenense afronta una cita tremendamente exigente, cargada de matices que deberá saber gestionar y orientar hacia la gloria. 

-¿Le costó aceptar la propuesta de encerrarse con seis toros en la Misericordia?

Para nada. Quería comprometerme con una plaza que siempre tuvo un cariño especial conmigo y que está entre las que más me gusta torear. Además, es un momento en el que todos los toreros tenemos que poner de nuestra parte para relanzar este recinto y una encerrona siempre es algo atractivo para el espectador. 

-¿Es este su mayor reto de la temporada o San Isidro, donde fue capaz de abrir la Puerta Grande, está un escalón por encima?

Bueno, Madrid es el pasaporte. Si no eres capaz de abrir la Puerta de San Isidro, nada tiene sentido. Pero no cabe duda de que Zaragoza viene después. Es un escenario muy importante, que te exige y respeta a partes iguales.

-Sin desviarnos por completo de Madrid, es inevitable referirnos a su última y única experiencia con una encerrona. ¿En qué se diferencia el Daniel Luque de 2010 del actual?

Tengo algunos años más y por tanto más experiencia. Quizás ahora era el momento de hacerlo en Madrid y no entonces, aunque siempre he dicho que en aquella encerrona no estuve mal. No doy marcha atrás y no lo considero un fracaso, simplemente no llegué a cuajar porque todo se puso en contra y la gente posiblemente me exigió más de lo que podía dar. Ahora sí sabría dar soluciones y estar a la altura. Solo pienso en que el público salga contento y me de las gracias por la calle.

-Hablemos del ganado. ¿Por qué ha apostado por toros de diferentes encastes? ¿No hay más posibilidades de triunfo con seis ejemplares del mismo hierro?

Eso es algo imposible de saber. No me gusta hablar de probabilidades, pero lo que sí puedo decir es que es una corrida muy bien presentada, con buenas hechuras y escogida para que embista. 

-Encontramos toros de Victorino, Alcurrucén y otras ganaderías con mucho nombre en Zaragoza. ¿Pesó en su elección ese toque 'torista' de la afición de la Misericordia?

Por supuesto, además de ser ganaderías buenas son toros que el público quiere ver. Bañuelos o Victoriano del Río, por ponerte otros dos ejemplos, también han triunfado aquí. Y Fuente Ymbro este mismo miércoles ha llevado a David Fandila a la Puerta Grande.

-Como apoderado suyo que es, ¿le habló Simón Casas de la importancia de esta tarde en el renacer de la plaza?

Él está muy ilusionado. Me habla continuamente de la feria y estoy seguro de que lo va a dar todo para que esta ciudad resurja. Es bonito ver a un empresario tan comprometido con su plaza y yo como torero me veo en el compromiso de colaborar con un ciclo al que le hace falta un empujón.

-¿Puede jugar en su contra que el ex torero francés regente la plaza además de representarle?

Hay gustos para todo. Seguramente sí, pero eso es cosa de la afición, que también es consciente de que no está él solo como empresario y no puede decidir a su antojo. Aquí estoy yo para cambiar esos pensamientos negativos. Yo he venido a Zaragoza porque le debo mucho y voy a darlo todo, como siempre he hecho. 

- Después de cinco años seguidos viniendo al Pilar, ¿qué destacaría de esta feria y su público?

Es una afición muy caliente, que se parece mucho a la de Madrid. Zaragoza es muy exigente pero en el momento que ve que estás bien puesto y a gusto con el toro revienta. Cuando todo va como es debido te llevan en volandas hasta lo más alto.

-Para concluir, díganos una razón por la que confiar en que esta sea una tarde importante.

La principal es que confío en mí. No puedo decir que vaya a cortar diez orejas, ni tampoco que se me pueda cruzar el cable y todo se venga abajo porque no lo sé. Pero eso me motiva, el no saber qué va a pasar. Cuando uno no tiene ningún pensamiento sobre lo que puede ocurrir, al final, todo rompe para bien.

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