Fiestas del Pilar 2013

Moños, mantones y rumbo a la Ofrenda

Las mujeres son las más tardonas a la hora de arreglarse para la Ofrenda. Los moños, pero sobre todo los mantones, son los detalles más laboriosos.

Zapatillas de violín, miñonera y de calanda
Cómo vestirse para la ofrenda_8
P.P.

La familia Marzo se levanta hoy a las 7.00. Los tíos y primos de fuera han venido a Zaragoza para la Ofrenda y son cinco mujeres, un hombre y un niño los que se tienen que vestir con el traje regional. Una habitación de la casa les espera cubierta de vestidos y mantones recién planchados.


Las mujeres son las más tardonas, cómo no. Los moños, pero sobre todo los mantones, son los detalles más laboriosos. No se deben mover y el dibujo floral tiene que caer perfecto sobre la espalda. Unas agujas con cabeza y el característico broche ayudan a colocarlo todo en su sitio.


Su grupo sale a las 10.00, aunque ellas prefieren madrugar para tener dos horas de margen para arreglarse antes de salir de casa. Llevan solo dos años participando en la Ofrenda de flores, pero tenían los trajes porque son de un pueblo de Teruel de arraigada tradición jotera.


Dos llevan traje de gala -falda de seda y jubón con mantón de seda o manila-, otras dos, el modelo que utilizan para bailar la jota y la quinta: traje de diario -falda de algodón, chambra y manto de algodón o seda-. "Yo me hice el traje para mi pueblo y me vestí un año y a las mayores les hacía ilusión así que empezamos a participar en la Ofrenda", relata la más joven de las cinco.

Los chicos

Los dos varones irán de prestado con el típico calzón negro, la camisa blanca, el chalejo por debajo del fajín rojo y el pañuelo a la cabeza. El adulto, además, llevará una chaqueta de pana. El pequeño de la casa es el primer año que se viste y, una vez arreglado, se pasea por la casa bien serio, con los brazos en jarra y pose baturra, sintiéndose importante.


Aunque este año les ha tocado un poco más tarde, después de entregar las flores para decorar el manto de la Virgen, se irán, como es tradición en la ciudad, a tomar un apetitoso chocolate con churros en familia -pese a las filas que se forman en todas las chocolaterías céntricas-. De ahí, directas a casa a quitarse el traje: "Es muy duro que se manchen, por eso no queremos estar todo el día con ellos puestos", explican.


En las calles de Zaragoza, sin embargo, continuarán desfilando los trajes regionales durante todo el día, ya que la Ofrenda no terminará hasta primera hora de la tarde y por la noche se podrá subir al manto de la Virgen para hacerse fotos. 


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