Fiestas del Pilar 2013

Mañana de vaquillas

Muere la noche y el coso taurino es el refugio donde poner el broche a una larga jornada festiva. O darle arranque al día. Es la hora de las vaquillas.

Los lectores envían sus fotos de las vaquillas en las Fiesta del Pilar 2013
Vaquillas del Pilar 2013_4
ANICA

Una bofetada de adrenalina; sabor a café fuerte con olor a sudor y arena; gritos, risas, jadeos. Alientos acelerados que buscan el refugio en las tablas. Muere la noche, viven las vaquillas.


Despierta la mañana envuelta en la emoción de las carreras delante de las astas, del riesgo admirado de los quiebros y del quite torero sin capa ni capote, con chaqueta.


El amanecer llama al coso. La entrada, pobre, se enriquece con la pasión de quienes no entienden la fiesta sin la magia de las vaquillas. El sentimiento y el empeño por disfrutar lo llena todo.


La plaza se adorna con la música de las emociones; de los murmullos a los gritos, la congoja y las carcajadas; y el aplauso. Se vive el encanto del maestro del quiebro; se sufre con el traspié, con el varapalo, el golpetazo; emociona la voltereta; cautivan los saltos de la vaca al callejón.


Olor a fiesta, sabor de espectáculo, disfrute, emociones. Pesa la noche, apenas sostenida ya por el encanto de encararse con la vaca, de esquivarla, de tocarla, de encogerse al paso intencionado del animal.


Se apaga la fiesta y el cuerpo busca ya también el refugio del descanso. La guinda de otra noche larga. Mañana de vaquillas.