El corazón de la fiesta / 1

"¿No habrás venido a Moscú para preparar la Ofrenda?"

Alberto Serrano Dolader (Caspe, Zaragoza, 1958) es periodista, escritor e investigador. Durante muchos años ha retransmitido para TVE la Ofrenda de flores desde la plaza del Pilar.

Alberto Serrano Dolader
Alberto Serrano Dolader

Alberto Serrano Dolader (Caspe, Zaragoza, 1958) es periodista, escritor e investigador. Ha escrito mucho del Aragón mágico, de los secretos del Moncayo ('El Moncayo: el laberinto legendario', 2011), de leyendas y bestiarios; ha estudiado la figura del escritor Miguel Agustín Príncipe y es colaborador habitual de HERALDO. Durante muchos años retransmitió para TVE la Ofrenda de flores desde la plaza del Pilar.


-¿Qué significa el Pilar para usted?

-Un imán emocional y espiritual. No soy original: a los once millones de personas que visitan el templo cada año les debe de pasar lo mismo.


-¿Qué es lo que más le gusta o le disgusta?

-El ambiente que se respira en las fiestas, que es el no va más. Ya lo dijo Lázaro Carreter: "Si España fuera un cuerpo, su corazón latiría en Zaragoza". Me irritan los inevitables gamberros.


-¿Tiene algún sentido poner una bomba: es un grito, una 'boutade', una provocación?

-Es un delito majadero y una ofensa a creyentes y no creyentes. Un atentado contra el sentido común.


-¿A qué recuerdos están asociados estos días? En la niñez, en cualquier período de la vida y ahora.

-En la niñez, al santo de mi madre y al olor a tartas y pasteles en el obrador de la confitería de mi padre. Soy un sentimental y un laminero. Ahora, me impulsa a sentirme cada año un poco más zaragozano, eso sí, sin renunciar a mi militancia caspolina, que no son cosas incompatibles.


-¿Cuáles son sus espectáculos favoritos, lo que no se deja pasar?

-No dudo la respuesta: ir a ver el manto de la Virgen a eso de las once de la noche del día 12. Tampoco soy original: se calcula que medio millón de "espectadores" pasamos por la plaza durante toda la jornada.


-¿Y su lugar predilecto?

-Uno imposible, en el que pude estar más de una vez cuando transmitía la ofrenda en TVE: el tejado del templo del Pilar. ¡Impagable!


-¿El Pilar es tiempo de charangas, de Gigantes y Cabezudos, de circo, de teatro, de grandes conciertos, de aventuras amorosas...?

-El Pilar es tiempo de pasear, sobre todo de pasear para ver y ser visto. Y de recibir a amigos.


-Si tuviera que contarle a un foráneo las claves de las fiestas del Pilar, ¿qué le diría? ¿En qué consisten?

-Son tan hechiceras y fascinantes que entre los aragoneses circula un runrún: las golondrinas no comienzan su movimiento migratorio hasta después del día del Pilar, así pueden despedirse de Zaragoza y de la Virgen.


-¿Cuáles son su debilidad gastronómica, su menú predilecto, y los lugares que más le gusta frecuentar?

-El ternasco asado que prepara mi madre, los canelones a la andaluza de mi suegra y las tapas del bar El Pozal, en una de las esquinas de la calle Cantín y Gamboa. Las tres cosas muy recomendables.


-¿Qué le sugiere la Ofrenda?

-Dicen los expertos que es el acto que durante más tiempo y de forma ininterrumpida mueve a más público en las principales arterias de Zaragoza. Me sugiere seña de identidad.


-¿Cómo se vive el Pilar desde la televisión?

-Con sentido de transcendencia. Empecé a transmitir la ofrenda para la programación nacional de TVE en 1994. Un año, a las 11.30 de la mañana se contabilizaron 808.000 espectadores, o sea un mogollón para esas horas.


-¿Qué nos recomendaría para estos días, qué libro, qué disco, qué serie de televisión...?

-Siempre 'El Criticón', de nuestro Baltasar Gracián. La orquesta de Glenn Miller me anima. Y cualquier capítulo de la serie de la HBO 'Carnivale', para reivindicar la importancia de los realizadores de televisión.


-¿Se lleva o no se lleva con la jota?

-¿Pero es que hay algún aragonés sensato que se pueda llevar mal con la jota buena?


-¿Recuerda algún pregón especial, algún pregonero?

-En el año 2008 lo pronunció Guillermo Herrera, el voluntario de más edad en Expo; me pareció una idea redonda y dicen que lo aplaudieron desde la plaza más de cien mil personas. En 1980 lo leyó un poeta, Ildefonso Manuel Gil.


-¿Cuáles serían las dos o tres mejores anécdotas que ha vivido?

-Primera. Hace unos veinte años, mi hijo, que entonces tendría cuatro o cinco, se me perdió en el parque Bruil, donde se concentraban las actividades infantiles. Angustiado, lo busqué entre miles de niños. Cuando lo encontré me dijo: "Papá, que te has perdido. Pon más cuidado". Segunda. Hace diez años, cuando era "famoso" porque aparecía todos los días en televisión, en el concurrido aeropuerto de Moscú, un desconocido dijo en alta voz: "¿No me dirás que has venido hasta aquí para preparar la ofrenda de este año?". Era un turista de Lumpiaque y pronto cayeron sobre mí las miradas de una docena larga de aragoneses.


-¿Quién ha sido el gran personaje de sus 'pilares'?

-El polifacético concejal Manuel Rodeles, que se "inventó" la Ofrenda el año en que yo nací, 1958 (entonces se depositaron 20.000 ramos de claveles y ahora se ofrecen siete millones de flores). Y el matrimonio de Puerto Rico que en 1978 se empeñó en regalar a la Virgen una leona de dos años. Fue un problema porque desde el siglo XVII el ayuntamiento no tiene entre sus funcionarios a un "leonero", puesto que antaño sí existía.




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