La historia del motor de las fiestas

En octubre de 1977, vecinos de Torrero, San José y otros barrios de la ciudad marcharon con un bombo y un tambor a comerse un bocadillo de tortilla en las puertas de la Lonja, donde se celebraban las cenas de gala durante las fiestas del franquismo. Era su manera de reivindicar unos Pilares más populares. La Policía les desalojó a palos. Pero fue la espoleta para fundar la primera peña de la ciudad: El Brabán. Al año siguiente volvieron y celebraron su fiesta. Y el Ayuntamiento les ofreció dos millones de pesetas para participar en una Comisión de Festejos Populares. Era el embrión de Interpeñas y de las fiestas en la calle.


En 1984, cuatro peñas de Zaragoza (Adebán, El Bullizio d'Aragones, El Almuerzo y Vaquillera) decidieron juntarse y crear la Federación de Interpeñas. El primer año contaron con un presupuesto de 500.000 pesetas (3.000 euros), con el que programaron orquestas y animación infantil. Un cuarto de siglo después, la Federación celebra su aniversario. La historia de Interpeñas representa el triunfo de las fiestas populares en Zaragoza.


La fiesta de barrio se ha convertido en una gran verbena. Son 25 peñas y casi 20.000 peñistas. Cada noche reúnen a 30.000 personas (el aforo máximo que les permiten) en su pabellón, que este año repite en el parquin norte de la Expo. El presupuesto es de cerca de 2,5 millones de euros (416 millones de pesetas). "No somos un complemento al programa festivo, somos el motor de las fiestas", aseguran. No hay más que darse una vuelta por su pabellón para comprobarlo.


Interpeñas organizó sus primeras verbenas del Pilar en un pabellón en la avenida de San José. Los primeros años, las peñas no tenían un programa común y había distintas alternativas. A principios de los 80, fue muy popular el pabellón 'El Urbano', que montaban las peñas Forca y El Rebullo en el paso subterráneo de Cesáreo Alierta. El Brabán tuvo otro recinto y trajo, entre otros, a Sabina y Alaska.

 

Distintos escenarios

Después, las peñas pasaron por otros lugares: el cuartel Palafox (ahora sede de la Policía Local, en Domingo Miral), las antiguas cocheras de TUZSA (en la avenida de Miguel Servet), la Chimenea (Margen Izquierda, cerca de Kasan), Miguel Servet frente a Veterinaria y, desde 2008, el parquin norte de la Expo (un terreno cedido por la DGA, con el visto bueno del Ayuntamiento). Aunque la ubicación de Interpeñas ha estado rodeada de polémica en los últimos años.


"No sabemos cuánto tiempo estaremos aquí. Ya se verá. Este es un recinto de lujo. El sitio reúne todas las condiciones de espacio, seguridad y comunicaciones. Nos gustaría continuar aquí, porque las fiestas del Pilar tienen que estar en el casco urbano Zaragoza, no alejadas de la ciudad. El año pasado vinieron 240.000 personas. Cada año crecemos. Somos el alma de las fiestas", asegura Braulio Cantera, presidente de Interpeñas.


En estos 25 años, pueden presumir de haber organizado más de 300 conciertos. Entre sus grandes éxitos figuran el Fary, Mago de Oz, Fito, Sabina y Los Rodríguez "También ha habido algún pinchazo. La Pantoja fue un fracaso y Eddy Grant se fue", recuerda Carlos Orte, vicepresidente de Interpeñas.

 

Récord en España

"Somos un colectivo consolidado y un referente a nivel nacional. No conocemos ninguna otra ciudad de España con tantos peñistas y una oferta tan amplia como la nuestra. Pero aún hay gente que tiene una mala imagen del peñista. Además del Pilar, hacemos actividades durante todo el año: Carnavales, Cincomarzada, 23 de abril, las fiestas de los barrios…", afirma Ricardo Casasús, socio de la peña Vaquillera y ex presidente de Interpeñas.

"Somos autosuficientes", subraya Braulio. Interpeñas se financia con las cuotas de los socios y recibe una subvención del Ayuntamiento de 30.000 euros. "La relación con el Ayuntamiento ha sido como un noviazgo, con sus discusiones y sus reencuentros", sostiene Casasús. Ahora pasan por una buena etapa de colaboración y entendimiento.

"Las peñas somos las que más animamos las fiestas", asegura Aurelio Merino, 80 años, pregonero de Interpeñas de este Pilar 2009. "Vivir las fiestas no tiene que ver con la edad. Yo soy más fiestero que mis hijos y mis nietos. Yo voy todas las mañanas a las vaquillas y por la noche, al pabellón hasta las tres de la mañana o más. Hay muy buen ambiente. Aguanto bien, la clave es una buena siesta", confiesa su secreto.