Sin frenos por las calles del éxito

Sin frenos y sin manos pedalea La Quinta Estación por las calles del éxito. Y de qué forma, no solo tan vertiginosa sino también extraña, aunque no única: invirtiendo el camino. Largándose con los bolsillos vacíos a México, y volviendo a España con las alforjas llenas. Antes, lo hicieron Rocío Dúrcal y Mónica Naranjo, si bien la primera ya había triunfado con rotundidad en España, solo que allí cambió el registro pop por el de la ranchera y... diana.


A tanto, a volcarse en exclusiva con lo azteca, no ha llegado La Quinta Estación, pero está claro que su rock comercial ha quedado untado en los sonidos típicamente mexicanos, desde rancheras a boleros, lo que le ha permitido conectar más profundamente con el público latino. Su más reciente disco, el cuarto, se titula 'Sin frenos' y refleja bien lo comentado hasta ahora, con canciones -'Me duele', 'Es cierto'- que parecen cantadas más por Rocío Dúrcal que por su cantante, Natalia Jiménez, una rockera de esplendorosa imagen, lo que ha ayudado más aún a cautivar a las parroquias de ambos lados.


Ya se sabe: el grupo se formó en el barrio de Canillas, de Madrid, se fue a México en busca de fortuna, la tuvo firmando un contrato discográfico y grabando un disco en el que una de sus canciones, '¿Dónde irán?', fue elegida para sonar en una serie juvenil de moda, 'Clase 406', y fue como encendérseles todas las luces del desván. Discos, canciones, giras, premios… Lo propio cuando se toca el éxito masivo. Un éxito, digámoslo sin rubor, merecido, pues dentro de lo comercial también hay que dar en la tecla adecuada y mostrar aptitudes. Algo que uno duda que Melendi haya conseguido con sus cuatro álbumes, pero ahí está el ovetense, también corriendo sin frenos por la música española (bueno, a veces, algo perturbado, en avión), llenando pabellones y vendiendo discos como churros. El dichoso 'flamenquito pop' tiene la culpa.


Del flamenco y de la rumba se nutren también los Gipsy Kings, pero con otro color más creíble y atractivo. Son los más veteranos en seguir la estela del gran Peret, antes incluso que Los Manolos, aunque curiosamente desde Francia, más no sorprendente: la emigración española de la posguerra dejó mucho poso gitano y rumbero en el sur galo. 'Bamboleo' los dio a conocer en 1988 y tras una quincena de álbumes -el último 'Pasajero' (2006)- siguen su 'épico camino musical', según ellos mismos proclaman.