PILAR 2009

Vetusta Morla, relojeros suizos de los escenarios

Tic, tac, tic, tac. Siempre airosos, estos relojeros suizos de Madrid. A Vetusta Morla no le basta confirmar en cada visita a tierras aragonesas (últimamente, muy comunes) que son un gran grupo en directo. Además, cada vez que dicen "buenas noches, Zaragoza" parecen haber girado un diente más la rueda de la profesionalidad, con un saber hacer sobre las tablas en progresión geométrica. No es fácil llevar con gallardía el sambenito de 'grupo revelación' cuando tal cosa ya es asunto de años pretéritos, y se trata simplemente de hacer más sólida la subida a la bóveda celestial de un grupo que ha fundamentado su éxito en el carácter, la independencia creativa y toneladas de trabajo bien hecho.


Andaba la muchachada esperando los himnos -'Un día en el mundo', 'Copenhague', 'Sálvese quien pueda'- y cuando sus plegarias fueron escuchadas, sucedió esa cosa tan bonita que tienen los conciertos con empatía entre las estrellas del escenario y sus amigos de abajo. Unos proponen y otros disponen: ahora te hago la segunda voz, ahora me invento un pedazo de rima porque solamente recuerdo el final pero me gusta mucho mucho. Muchas caras sonrientes entre el público, no necesariamente influidas por el alcohol, aunque también; un puñado de artistas que funcionan como engranajes de un motor potentísimo, muchachos que andan en estado de gracia permanente. No son tan distintos a muchos otros, no. Pero algo hay...