Pau Donés se encuentra en pleno reciclaje.

Bueno, el concierto nos pilla en medio de una gira de teatros y auditorios presentando ‘Orquesta Reciclando’, nuestro primer libro-disco, un compendio de canciones bien conocidas que, conservando las melodías y las letras, hemos destruido y vuelto a reconstruir. El grupo va vestido de etiqueta, y todo se acompaña con un vídeo-presentador, que es Andreu Buenafuente, que aporta un poco de humor a un concierto de un grupo conocido como Jarabedepalo. Es un espectáculo donde la gente, además de cantar las canciones también se ríe.

Suena a rumba, son, flamenquito, soul, rock…

No pretendimos adaptar un poquito las canciones. El trabajo fue en serio. Nos encerramos un mes en un local de ensayo y nos dedicamos a sacar el hacha. A un montón de ideas que habían quedado en el cajón cuando grabamos por primera vez, por ejemplo, ‘La Flaca’ le añadimos otras nuevas. Y también con ‘El lado oscuro’, ‘Grita’, ‘Depende’, ‘Agua’, ‘Bonito’, ‘Ole’, ‘Déjame vivir’… Así, una larga lista. La idea era darles caña, encontrar un formato en las canciones que fuera interesante para que la gente nos viniera a ver, pero también que nos permitiera desmelenarnos. Después de trece años, deseábamos darle la vuelta a las canciones.

¿Qué ha cambiado Pau Donés y su Jarabedepalo desde aquella ‘La Flaca’ que le lanzó al estrellado hasta hoy?

Muchas cosas. Somos músicos y estamos siempre abiertos a aprender. Y durante trece años no hemos parado de formarnos. Tampoco hemos perdido las ganas y la ilusión por lo que estamos haciendo. Hemos montado la Tronco Records, que es nuestro pequeño taller de música, nuestro pequeño sello discográfico, y eso nos ha vuelto a poner las pilas a tope para seguir haciendo música. Vivimos en un país muy ‘exitista’, nos interesa mucho el éxito del año pero, al año siguiente, si te he visto no me acuerdo. Nosotros estamos ahí, que no es poco.

¿Cómo se le da el papel de empresario?

Bien, sobre todo, porque yo no llevo los números (risas). Somos cuatro y uno se dedica al tema de la pasta. Yo hago las canciones y las defiendo en directo. La verdad es que estamos contentos, queríamos seguir manteniendo nuestra independencia creativa. Y, económicamente, estoy seguro que a final de año los números saldrán.

¿Qué hace falta para resistir la crisis?

Creatividad. El negocio está olvidado de la música. Está tan pendiente del dinero que por eso está en crisis. Porque la gallina de los huevos de oro está abandonada. Se lanza un producto mediocre, fácil de vender. Y la salvación está en ser creativo, y volver a poner las canciones y la música en el lugar que se merecen.

¿Y todo le parece bonito, como decía la canción?

Sí, y cada día más cosas. Intento tener una actitud positiva para cambiar el mundo. No comulgo con esa corriente de negatividad que nos intentan meter con calzador en la cabeza la televisión, las portadas de los periódicos, las radios… En el mundo pasan cosas malas, pero también buenas.

Como su concierto de esta noche en Fiestas del Pilar.

Desde luego. Estamos muy contentos de volver a Zaragoza y disfrutar de una noche festiva. Se trata de hacer un concierto completo, que dure, que la gente lo pase bien.