PILAR 2009

Apoteosis intergeneracional

Hombres G en concierto, como estarán hoy en Zaragoza.
Apoteosis intergeneracional
E. NARANJO/EFE

Circula por Internet un vídeo-montaje basado en la película ‘El hundimiento’ y la música de las fiestas del Pilar: tronchante, una correosa sátira de la medianía del cartel musical. Hoy, como diría Amaral, es el día perfecto, el anillo al dedo de esa sátira. Pero ya quedó claro ayer en esta misma papela que uno, por aburrimiento y derrota reconocida, se iba a abstener de dar coces..., y total, para cuatro días, mejor chapotear en lo trilladísimo y mil veces visto y salvar la ropa.


El Canto del Loco y Hombres G, en Valdespartera. Reunión familiar, padres e hijos en comida de cumpleaños o así porque ambos, separados por dos décadas, tienen los mismos genes sonoros: canciones pegadizas para público adolescente. Hombres G empezaron a seducir a mediados de los ochenta con ‘Venezia’, ‘Marta tiene un marcapasos’ o la definitiva ‘Devuélveme a mi chica’... Eran los estertores de la Movida y aquella intrascendencia, aquel humor gamberrete caía bien, incluso se bailaba en garitos modernos (aquí, El Modo). En 1992 dijeron adiós para, después de un largo periodo en solitario de David Summers, y, a petición popular, volver una década después. Y aún siendo 'todo esto es muy extraño', parafraseando el título de uno de sus álbumes, ahí siguen.


Dani Martín y compañeros, o sea, los integrantes de El Canto del Loco, aunque nacidos al amparo ideológico de Radio Futura, pronto se acogieron al legado de Hombres G y de otros grupos ochenteros (los Nikis, por ejemplo) y desde principios de esta década, en que empezaron a editar sus primeros discos, vienen agitando los patios de los institutos con sus canciones veloces y vigorosas. Valdespartera crujirá esta noche con esta apoteosis intergeneracional: padres e hijos musicales en el escenario, fans adolescentes en la pista.

El complemento más azucarado lo pone el trío formado por Álex Ubago, Nena Daconte y Coti, en la plaza del Pilar. Los efectos desastrosos de dejar la programación en manos de las radios comerciales.


Lo de Pitingo es otro de tantos de los éxitos inexplicables de la música española: de cómo no cantar ni flamenco ni soul, ni las dos cosas a la vez, y triunfar hasta en festivales de jazz como el de San Sebastián. El daño del mestizaje mal entendido. Y en Interpeñas, los madrileños de La Excepción conjugando hip hop con flamenquito y humor y con El Langui como estrella y actor.