PILAR 2009

Pop litúrgico, reflexivo, en el FIZ

Pum, pam, chumba-chumba, pop! Comienza la bulla de las fiestas del Pilar y con ella la ruidera musical de cada año. Y también, como cada año, desde hace la tira, uno podría aducir que, en días excepcionales como estos, donde hay que lucir las mejores galas, la más sana diversión y la música para todos, faltan figuras de fuste, más artistas internacionales, más rock, menos medianías y más exigencia, para sentenciar que de nuevo estamos al borde del pantano de mediocridad musical en el que los munícipes, con el sabio consejo de técnicos y directores de Cultura, intentan ahogarnos…, pero, como en palabras de quien esto firma sonaría a disco rayadísimo e imposible de recuperar para el sano juicio y el buen sonido, mejor abstenerse de proclama o coz alguna y dar por buena la vulgaridad, la comida recalentada, lo trillado y lo visto hasta la saciedad.


O sea, con crisis y sin crisis, y como viene siendo habitual, la pueblerinada. Es lo que espera de aquí al final, salvo alguna honrosa excepción. Caso, por ejemplo, de hoy, con la segunda jornada del FIZ y la presencia de Rufus Wainwright, un cantante con los genes hinchados de corcheas -padre y hermana se dedican a lo mismo- que tiene en la voz aguda, en su entrega y en su misticismo pop su principal seña de identidad, además de haber sido el segundo artista, después de Cat Stevens, en cantar en latín. Rufus debutó en 1998 con un álbum homónimo en el que exponía su sorprendente lienzo de sonoridades, entre el pop, el cabaret y el folk, lienzo que tras dos álbumes más -'Poses' (2001) y 'Want One' (2003)- enriquecería en su soberbio 'Want Two', un disco litúrgico y conmovedor, casi en éxtasis santateresiano (como introducción cantaba el 'Agnus Dei'). A Zaragoza llega con un disco en directo recién editado, 'Milwaukee At Last', grabado al inicio de la gira de su quinto y último álbum de estudio hasta ahora, 'Release The Stars' (2007). Viene solo, con el piano, tras el fracaso de su ópera 'Prima donna'.


Además, entre otros, en el FIZ está hoy otro pseudo místico del planeta indie, Mark Eitzel, con lo cual el pop reflexivo y elevado alcanza un nivel insólito y apetecible. ¿O es que el Pilar solo debe ser música corralera y trillada? Por otros ámbitos andan Los Secretos, Calamaro y Pereza. Debieron hacer los programadores (¡dimisión!, ¡dimisión!) un gran esfuerzo de imaginación para contratarlos.