PILAR 2009

Pereza: "Las ganas de comernos el mundo siguen intactas"

Pereza vuelve a la carretera. La escala, otra vez, Zaragoza, una plaza ya familiar.


Zaragoza siempre nos ha cuidado mucho. Es el primer lugar de España, fuera de Madrid, que creyó en nosotros, un público al que hemos ido conquistando a base de conciertos. Hemos sido habituales en las fiestas, y hemos tocado fuera del cartel del Pilar. Ahora nos apetecía presentarnos en un recinto más bonito, cuidar más el sonido, que sea más especial.


El grupo estrena disco y gira: 'Aviones'. ¿Qué tiene de especial este nuevo producto?


'Aviones' nace en la gira del año pasado, la de 'Aproximaciones', muy inspiradora. En conciertos no es normal que prepares un disco a la vez. Pero cuando te inspiras estás en un estado de gracia, sensible a las palabras, a las frases… De allí surgió un puñado de canciones de corazón más acústico. Se las enseñé a Rubén y, casualidad, él me dijo que tenía otras melodías que iban en el mismo estilo. Es un disco en el que necesitábamos un cambio de rollo, una evolución hacia otros sonidos. Somos unos enamorados de la música…


Canciones que hablan de amor, de dolor fugaz, de sentimientos, ¿terapia personal?


Sí. Es un disco muy íntimo, de arrancarte cosas de dentro…, muy especial para nosotros. Tiene un cambio de sonido, un argumento muy crudo, muy poco producido y con mucha alma. Lo hemos producido y mezclado en sitios poco habituales. Hemos arriesgado.


Un intimismo que se traslada a la puesta en escena de los conciertos.


No huimos de escenarios grandes que, en una fiestas como las de Zaragoza, son súper agradecidos. Pero queríamos darle un giro, tratar de cuidar el sonido y que la gente se encuentre con algo especial. Que lo que evoca el disco se traslade al directo, aunque este no sea acústico sino eléctrico, con pasajes de rock&roll. En esta ocasión, el entorno perfecto para presentar el disco era hacerlo en un teatro o en un recinto con una acústica única, como la sala Mozart.


Huyendo de clichés y comparaciones, ¿Pereza ha conseguido crear un estilo propio?


Todo el mundo aspira a tener un sonido propio. Es halagador que te comparen con gente que te gusta, pero llega un momento en que cansa que digan que si somos herederos de Tequila o de los Ronaldos. Con Pereza ya tenemos un sello, una manera de escribir y contar las cosas, y una gente que nos espera cada vez que sacamos un disco. Creemos en esto como en una carrera a largo plazo. Queremos vivir de la música y en la música durante muchos años. Esto va a ir labrando la personalidad de Pereza.


'Llévame al baile' es la canción que cierra el disco, y es la primera vez que comparten voz.


Es la primera vez que compartimos estrofas en una canción. Se ha creado algo muy especial y bonito. Es de estas canciones que no te esperas que vayan a gustar, pero al final se convierten en un pilar del repertorio. En directo hemos comprobado que es algo grande que la gente espera escuchar.


Los fans están emocionados. Los comentarios en su web sobre el disco se multiplican con adjetivos superlativos.


Es maravilloso ver que sacas un disco muy exclusivo, en donde haces un giro y te la juegas un poco, y que caes de pie. Que gusta, que agradezcan que hagas un cambio en tu sonido y no te lo reprochen.


Rubén y Leiva. Diez años de relación musical y personal.


Yo soy la parte más pasional de la pareja (habla Leiva), y Rubén es más tranquilo y cerebral. Esta combinación es la que ha permitido que llevemos diez años juntos. Si los dos fuéramos como yo, estaríamos en comisaría (risas).


¿Cómo sienta la madurez?


Uf, suena un poco fuerte la palabra. En diez años hemos crecido como personas, como músicos, hemos aprendido a escribir canciones… Antes salíamos al escenario a convencer y a tratar de llamar la atención para que todo el mundo se fijara en nosotros. Teníamos un espíritu más inocente. Ahora, todas las energías y sentimientos están multiplicados. Pereza es un grupo que siempre le ha gustado ir de conciertos, multiplicarse en clubes, salas, teatros… Las ganas de comernos el mundo siguen intactas.


¿Qué echan de menos?


Quizá el anonimato que teníamos cuando éramos chavales. Nadie te conocía y podías hacer cosas que ahora no puedes hacer. Pero ahora, es al revés. De lo que más orgullosos estamos es de cómo ha sido el proceso: currarnos el éxito desde abajo. Tocar, tocar, tocar… Llegar a donde estamos por nuestros méritos.