SANIDAD

El INSS niega la incapacidad laboral a una mujer en contra de sus informes médicos

Varios especialistas del Salud concluyen que las enfermedades que sufre, y que le obligan a llevar incluso parches de morfina, son incompatibles con un trabajo y una vida normales

No recuerda qué es levantarse por la mañana sin dolor. Su vida ha estado marcada por una feroz psoriasis desde que tenía cinco años que convierte su cuerpo en una costra y le produce sangrados y dolor. Además, esta enfermedad llegó a debilitar su columna de tal forma que tuvieron que operarla por una hernia discal, cuyas secuelas sufre hoy en día. Tiene fibromialgia y artropatía psoriásica, además de episodios depresivos.

 

La propia medicación ha llegado a comprometer sus órganos, y debe someterse a análisis mensuales de hígado o riñón, entre otros. Recibe un tratamiento biológico que deja a cero su sistema inmunológico y desde hace algún tiempo lleva parches de morfina, porque sus crisis de dolor son insoportables. A pesar de todo esto, cada semana debe pasar de dos a tres días en la cama, tiene fiebre constante que se dispara varias veces al mes y sus huesos se deterioran por momentos.

 

Se llama María Jesús Pardos y, pese a lo que se pueda pensar, no ha conseguido la incapacidad laboral. No puede hacer vida normal, pero en el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) llevan años desestimando su caso y sin concederle esta incapacidad.

 

María Jesús piensa que el hecho de ser una persona joven -tiene 34 años- está influyendo en la decisión. "Lo que más duele es que te dejen por mentirosa. Llevo toda mi vida luchando contra la enfermedad, he trabajado en condiciones personales de las que muchos se sorprenderían y a nadie le pesa más que a mí no poder llevar una vida normal. Pero me encuentro frente a un muro y a veces ya no me quedan ganas de luchar", asegura esta mujer que muchos días no puede ni cuidar a su hija pequeña, ya que apenas puede moverse.

Afectaciones diarias

Ahora, se enfrenta a un nuevo juicio contra el INSS. Tiene que llegar a este extremo a pesar de los informes médicos que dan fe de su situación, ya que es tratada por varios especialistas del Servicio Aragonés de Salud. Todos dejan claro que su vida diaria se ve drásticamente comprometida por sus problemas de salud.

 

Así se hace constar en un informe neuroquirúrgico del Clínico, que recoge que "ha presentado empeoramientos del dolor lumbar que la han imposibilitado funcionalmente". Añade, además, que dada su situación clínica, "no se encuentra en condiciones de realizar ningún tipo de actividad que requiera permanecer de pie o sentada largo tiempo".

 

En su informe psicológico, se especifica que padece un cuadro ansioso-depresivo y que "la afectación de su enfermedad cronifica su cuadro dificultando claramente su vida laboral activa sin restricciones". Lo mismo refiere su reumatóloga, que aclara que "debido a la actividad clínica y analítica de la enfermedad precisa tratamiento con terapia biológica" y añade que "la patología que presenta la paciente es crónica y limita las actividades de la vida diaria".

 

Asimismo, su médico de cabecera deja bien claro, entre otras cosas, que "la evolución de la paciente a lo largo de los años no ha sido favorable". Después pasa a detallar lo que esta paciente toma para poder superar cada día. Además de la terapia biológica, Valium, Rexer, Zymbalta o Diclofenaco a diario y Humira o Metojet 15. Pero la indignación de María Jesús es todavía mayor. El INSS le niega la incapacidad, pero, ¿en base a qué? "En seis años, me han sometido solo a tres revisiones de 10 minutos cada una", denuncia María Jesús. Según relata, en las mismas se le pedía que levantara los brazos o que caminara en línea recta. "Cosas que no tienen nada que ver con mis enfermedades", denuncia. Siempre ha llevado los informes de los especialistas del Salud a las revisiones del INSS, pero duda de que los hayan leído. "Han llegado a preguntarme si había traído la documentación y he tenido que decirles que ya la llevaban en sus carpetas", asegura.

 

La situación de María Jesús es angustiosa. En breve se le acabará el paro, debe pagar parte de su medicación, los 200 euros mensuales de las cremas que le ayudan a controlar los brotes de psoriasis y, además, vivir. Pero, a pesar de todo, tiene dos bazas a su favor: el apoyo incondicional de su familia y su constancia. Porque, por suerte o por desgracia, sabe lo que es luchar. No le ha quedado otra.