El Consejo Económico y Social de Aragón (CESA) acaba de publicar un informe en el que se enumeran numerosas debilidades de la Expo 2008, entre las que figuran la falta de proyección internacional que tuvo la muestra, así como el incumplimiento de las expectativas de negocio que tenía la ciudad. Los malos resultados de la navegabilidad por el Ebro, el hecho de que quedarán sin terminar varios equipamientos e infraestructuras o el reducido número de visitantes extranjeros y de algunas comunidades autónomas son otros aspectos destacados en el estudio, coordinado por Carlos Gómez Bahillo y Jaime Sanaú Villarroya.

El informe, de 199 páginas, desgrana numerosos aspectos de la muestra internacional. El documento subraya diversas fortalezas del acontecimiento, sobre todo la renovación urbanística y de infraestructuras, la amplia actividad cultural que supuso durante el verano de 2008 y la mejora de la imagen de la ciudad. Pero en sus conclusiones, desgrana las que, según sus autores, fueron las principales debilidades de la muestra.

Sobresalen en primer lugar las promesas incumplidas. Entre ellas, el informe destaca que no se concluyeron diversas obras de infraestructuras comprometidas para 2008, como la totalidad de las obras del plan de transporte ferroviario de cercanías, el Espacio Goya, el teatro Fleta, la segunda estación del AVE o la nueva Escuela de Artes. Algunas de ellas, todavía hoy siguen bloqueadas.

Pero hace referencia a otros aspectos. Por ejemplo, recuerda que no se cubrieron las expectativas de negocio del conjunto de la ciudad, ya que hubo un menor consumo por visitante que el previsto inicialmente. Cita, expresamente, la situación de las empresas del sector de la restauración o del pequeño comercio.

Por otro lado, recuerda el reducido número de visitantes extranjeros y de algunas comunidades autónomas o "la escasa o muy pequeña incidencia y difusión" de la muestra a nivel internacional. En este sentido, subraya que las campañas publicitarias "no tuvieron los efectos previstos entre la población española".

Capítulo aparte merecen las referencias al legado de la muestra 2008, vinculado con el desarrollo sostenible y con el agua. El informe indica que hubo "una falta de previsión" sobre la continuidad del legado y del mensaje de la Expo, recogido en la Carta de Zaragoza. Por eso, el CESA resalta que se ha perdido una oportunidad "para hacer de Zaragoza una ciudad de referencia mundial, después de la Expo, en temas de uso racional y aprovechamiento de los recursos hídricos y su relación con el desarrollo sostenible".

El informe del CESA toca otros aspectos. Por ejemplo, cuestiona que no haya un espacio en Ranillas para empresas innovadoras en tecnología y gestión del agua a nivel mundial o el carácter comercial de varios pabellones, cuya temática no se correspondía con la de la exposición, dedicada al agua y al desarrollo sostenible. También recuerda que la navegación fluvial no tuvo los resultados ni la respuesta ciudadana prevista.

Las fortalezas

Junto a las debilidades, el informe del CESA subraya otros aspectos que considera fortalezas de la muestra. El primero y más destacado es que permitió convertir al Ebro "en eje vertebrador de la ciudad", con un plan de riberas que "generó más de 200 hectáreas de zonas verdes y de recreo". La renovación de infraestructuras, la construcción de nuevos puentes, la remozada red de transportes o los equipamientos deportivos son otros elementos positivos.

El CESA resalta la generación de empleo, el crecimiento económico que generó la muestra, el incremento de los beneficios para el sector turístico o la creación del futuro centro empresarial. También valora de forma positiva la participación y respuesta ciudadana a la Expo.