"Es la generación de políticos más desconectada de la gente. Les pediría a los que salgan que bajen a la realidad"

Son palabras del joven Diego Rodrigo, de 25 años, antes de depositar su voto en el colegio electoral ubicado en la sede de la Confederación Hidrógráfica del Ebro, en una tarde tranquila, sin incidentes, en la que ya había votado más del 60% de los censados.  

Antonio López, vocal de una de las mesas del colegio electoral ubicado en la sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Antonio López, vocal de una de las mesas del colegio electoral ubicado en la sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Ruben Losada/FotografiArte

Muchas personas mayores, algunas por encima de los 90 años, y familias ya en tercera generación, es decir, padres, hijos y nietos, han sido los que han acudido mayoritariamente esta tarde a votar al colegio electoral ubicado en la sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), en paseo de Sagasta. "La normalidad ha sido la nota dominante", señalaban los dos agentes de Policía Nacional, apostados a las puertas del mismo. 

"Ha venido una mujer de 101 años a votar, acompañada de familiares, pero otra de 98 ha venido sola en su silla automática", decía uno de los policías. El otro añadía que "la mayoría de votantes han venido por la mañana entre las 12.20 y las 13 horas. Y ahora la tarde esta tranquila. Vendrán a partir de las 19 los que esperan a última hora", decía, en una jornada que transcurrió sin incidentes. 

Si bien, el presidente de una de las mesas, Antonio López, ha explicado que sí hubo una nota discordante. "Media docena de jóvenes que vestían camisetas de negro, delante de las urnas, escenificaron su malestar con un sistema de listas cerradas que no permite a los ciudadanos elegir a los candicatos". Lo han hecho "con educación", comentaba, "han cogido las papeletas que les correspondía y las han roto, antes de hacer el gesto de ponerlas en la urnas mientras otro les filmaba". Y nos han dicho que hacían esta escenificación, "ya que votar no han votado" pese a tener los 18, porque "no hay democracia real" y así, "con este gesto que traían preparado querían ponerlo de manifiesto". 

Su puesta en escena, según el presidente de esta mesa, ha hecho que se montase una pequeña cola y que una mujer mayor les increpase, justo la señora que cuando le ha llegado al turno, apuntaba López, se había olvidado el carné de identidad y ha tenido que volver a su casa.  

"Lo que hemos visto ha sido mucha gente mayor que venía sola apoyándose en el bastón y con su papeleta en la mano", comentaba, y un colegio, en la CHE, no demasiado bien adaptado para personas con problema de movilidad, y jóvenes menos. 

"Hay mucha gente que ya ha votado por la mañana", añadía Carmen Durán, presidenta de otra de las mesas de este colegio. "Está siendo mejor de lo que pensaba. Ser presidenta de mesa no es para tanto. Y lo que se está viendo es mucha participación", explicaba. 

"Yo vengo con mucha ilusión a votar. Es la manera de disfrutar de la democracia que tenemos", reconocía María Peña, de 25 años. "Es el segundo año que lo hago". Su amigo Diego Rodrigo, zaragozano estudiante en Barcelona, no pensaba lo mismo. "Esta es la generación de políticos más desconectada de la gente. Les pediría a los que salgan que bajen a la realidad. No quieren saber cuál es tu problema sino convencerte del voto", decía. "La política es mucho más que hacer campaña en las redes sociales", apostillaba Peña, ya con la papeleta en la mano.

Diego Rodrigo y María Peña, dos jóvenes votantes en el colegio electoral ubicado en la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Diego Rodrigo y María Peña, dos jóvenes votantes en el colegio electoral ubicado en la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Ruben Losada/FotografiArte

Ambos se quejaban de unos debates electorales estériles. "Yo vi el debate de los nueve candidatos en Aragón Televisión y me pareció un poco ridículo porque muchos candidatos no daban respuesta a lo que se les preguntaba", explicaba Peña. "Los veo a todo un poco desenfocados, deshinchados, faltos de motivación, añadía Rodrigo.

Este no era el parecer de otro votante, Javier Albalad, que acudió después de comer con su mujer, su hijo, su nuera y los tres nietos. "Yo tengo muy claro a quien tengo que votar", decía. "Es un voto fiel como todos los años", añadía, y explicaba que hubiera acudido ya por la mañana pero como tenían a su hijo y toda la familia que había venido desde Madrid, con los preparativos de todo, no había podido hacerlo hasta después de comer. 

A partir de las 18 horas se animó también el ambiente en el colegio electroral ubicado en la sede de la Fundación La Caridad, en la calle Moret, de Zaragoza. "Han venido muy motivados a ejercer su derecho al voto", indicaba Raymar Vargas, dominicana que lleva 20 años en Zaragoza. "Hemos visto muchos primeros votos de jóvenes de 18 años que acudían por primera vez a su cita con las urnas".

"Un señor mayor, antes de que destapasemos las urnas, ha metido las dos papeletas sin dejarnos tiempo para comprobar su nombre y apellidos y hemos visto que no le tocaba votar en este colegio. Así que luego en el recuento tendremos que sacarlas, señalaba Nacho Merino, vocal en una de las mesas de este colegio ubicado en La Caridad, aunque otros años le había tocado ya en el colegio de Corazonistas. "Yo era el suplente pero ha venido el titular con el brazo escayolado y me he tenido que quedar yo". 

Una señora con sus dos nietas eligiendo la papeleta en el colegio electroal ubicado en la CHE, en Paseo de Sagasta.
Una señora con sus dos nietas eligiendo la papeleta en el colegio electroal ubicado en la CHE, en Paseo de Sagasta.
Ruben Losada/FotografiArte

La presidenta de la mesa, María Lasso, estudiante de enfermería, de 20 años, y la primera vez que le ha tocado votar, se quejaba de que "apenas te dan explicaciones cuando llegas por la mañana y que al tener prácticas no había podido acudir a la reunión del jueves en que les explicaron la dinámica". Menos mal, confesaba que los vocales de su mesa la conocían bien. Un poco cansada a las 18 horas, decía que tenía hasta las 12 ya que le tocaba llevar la urna cando se hubiese comprobado todo. 

"Las encuestas pueden decir lo que quieran, pero a partir de las 20 horas veremos lo que pasa", decía un votante del colegio electoral ubicado en la Fundación La caridad y coincidía en que "va a ser un resultado muy reñido".

  

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