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El jurado decide mañana en Zaragoza si hay pruebas para encarcelar a dos mandos de la Policía

Las acusaciones mantienen los cargos y las defensas insisten en el "enorme daño" causado a unos funcionarios "ejemplares".

Los dos acusados, durante el juicio con jurado que comenzó ayer en Zaragoza.
Los dos acusados, durante el juicio con jurado que comenzó ayer en Zaragoza.
Toni Galán

El juicio por la ‘desaparición’ de 377 botellas de licor y vinos de primeras marcas, así como de 319 efectos, desde perfumes a prendas de ropa, de las dependencias de la Jefatura Superior de la Policía Nacional en Aragón llegó ayer a su fin. Tras cinco maratonianas sesiones, Enrique G.B. y Rafael A. P., los dos mandos para los que la Fiscalía y la acusación popular piden penas de entre 3 y 6 años de prisión por un delito de malversación, o de forma subsidiaria, de apropiación indebida, decidieron ayer hacer uso de su derecho a la última palabra. Pero no para volver a excusarse o justificar su actuación, de lo que ya se encargaron las defensas, sino para expresar su agradecimiento al jurado. No en vano, será este quien mañana dicte su veredicto y diga si hay pruebas o no para encarcelarlos.

El Ministerio Público y el abogado del sindicato Jupol, Marco Antonio Navarro, consideran que en el juicio se ha puesto de manifiesto el irregular proceder de los acusados, suspendidos de empleo y sueldo desde septiembre de 2019, cuando un anónimo destapó los hechos que han terminado sentándolos en el banquillo y podrían emborronar más de 40 años de trayectoria profesional que las defensas califican de «ejemplar». 

Para las acusaciones, las grabaciones no dejan lugar a la duda y acreditan que el inspector jefe de la Brigada Móvil y exresponsable de la de Seguridad Ciudadana, Enrique G. B., y el responsable de facto del Grupo de Hurtos, el subinspector Rafael A. P., aprovecharon el traslado de las botellas y efectos desde la Jefatura a la comisaría de Mayandía para apoderarse de parte del material. «No me creí el anónimo hasta que vi el vídeo y a estos señores haciendo lo que estaban haciendo», declaró el jefe superior de Aragón, Juan Carlos Hernández, al recordar como los acusados «abrían y hurgaban» las cajas precintadas.

Culpan a sus compañeros

Las defensas aprovecharon ayer sus informes para insistir en la teoría del «complot». «¿Saben ustedes el enorme daño que le han hecho al señor Gascón? ¿Y quién se lo ha hecho? Sus propios compañeros, que han consentido hacerle responsable de lo que se habían llevado antes», manifestó el abogado Enrique Esteban al intentar probar la inocencia del inspector jefe. Para el letrado, solo aquella persona que supieran con anterioridad del robo de botellas pudo aprovechar el traslado para señalar a través del anónimo a los dos acusados. «Se trataba de dirigir la investigación contra ellos. Y lo consiguieron, porque sus superiores no han querido ver ninguna otra posibilidad», apuntó.

La abogada Pilar Sangorrín volvió a recordar que las 53 botellas de las que supuestamente se apoderó Rafael A. siguen en Jefatura. «Dicen las acusaciones que la intención de mi cliente era llevársela, pero a raíz del anónimo no pudo hacerlo. Miren, no se puede condenar a alguien de pensamiento. Si alguien no se ha apoderado de nada, no se le puede condenar por nada», apostilló.

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