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Vecinos de Conde de Aranda: "Nos ha salvado el pilar de la fachada, que ha frenado al autobús"

El choque de un interurbano contra un edificio en Zaragoza, tras desvanecerse el conductor, no ha dejado heridos, pero sí el susto por lo que podía haber pasado.

María Pilar Mateos, delante de su estanco en Conde de Aranda.
María Pilar Mateos, delante de su estanco en Conde de Aranda, con los bomberos detrás revisando el inmueble tras el impacto del autobús.
Francisco Jiménez

María Pilar Mateos, estanquera de El Portillo, no podía parar de fumar este sábado a mediodía mientras miraba el daño causado por el autobús que se ha empotrado contra el edificio de viviendas del número 126 de la avenida del Conde de Aranda de Zaragoza en el que tiene su negocio. El conductor se ha desvanecido y el vehículo ha terminado empotrado contra la fachada, sin que haya habido que lamentar heridos, según fuentes oficiales. La imagen del autobús cruzado en la acera, poco antes de las 14.00, se quedará en la retina de muchos vecinos y viandantes.

Tras retirar el autobús, la única huella visible del accidente era un escorchón en la parte inferior del portal de viviendas. A solo unos centímetros empieza la cristalera del estanco y al otro lado de ella se encuentra el mostrador donde en el momento del suceso atendía la estanquera a varios clientes, poco antes del cierre.

Inspección de los bomberos

"Ha retumbado todo", ha recordado sobre el momento del impacto.  "Nos ha salvado el pilar de la fachada. Ha frenado al autobús", ha contado. Si el golpe hubiera sido un poco más a la izquierda habría dado de lleno en su escaparate. Tras el impacto, ha recordado que ha salido fuera y ha visto que el conductor "estaba desfallecido, como mareado".

La compañía ha explicado luego que el trabajador ha sufrido un desvanecimiento y que se encontraba bien, aunque ha sido trasladado en ambulancia siguiendo el protocolo en estos casos. "Ha quedado en un susto para lo que podía haber pasado porque yo creo que si da en el cristal no lo contamos, porque no hay nada que lo hubiera frenado aquí", ha dicho, con alivio, pero preocupación por si había afectado al edificio.

Una vez retirado el vehículo, que podía circular, los Bomberos de Zaragoza se han desplazado al lugar para revisar si se habían producido daños en la estructura del inmueble. 

El vehículo, que salía de la cercana parada de la plaza de El Portillo, circulaba muy despacio, lo que ha evitado daños mayores porque ha dado tiempo a reaccionar a quienes se encontraban en la acera, que era poca gente por tratarse de un festivo a mediodía. En su desplazamiento fuera de control, el autobús ha dado un golpe por detrás a un vehículo que se encontraba parado, sin causar daños a su conductor y solo era visible un bollo en la parte trasera.

En un corrillo de vecinos en la acera, una de ellas explicaba cómo habían evitado el golpe dos familiares que entraban al portal del siniestro. "Mi marido y mi hijo estaban metiendo la llave en el portal para entrar cuando han oído los gritos de la gente y se han echado para atrás", ha explicado. Les ha dado tiempo a apartarse y han visto pasar el autobús delante de ellos y frenar por el golpe con su fachada. La parte delantera del autobús ha quedado entre el portal y el estanco con la luna delantera rota. Desde Avanza han explicado que el autobús iba "medio vacío" porque no era una hora punta al ser un día festivo.

"Decían que iba muy despacio, que lo han visto que estaba ya mareado, que incluso ha intentado el hombre levantarse", ha explicado la vecina sobre el relato de sus familiares. Ella no se encontraba allí en ese momento y se ha alegrado de que no haya habido heridos. Todos han seguido con atención el trabajo de los bomberos, que han picado la zona de la fachada donde ha impactado el autobús para ver si había causado daños a la estructura.

Entre los curiosos que se paraban en la acera para ver el convoy pasaban algunas personas que salían a las 14.00 de trabajar. "Paso por aquí todos los días y me he encontrado con el autobús cruzado en la acera", ha contado Fernando Dávila, empleado de una contrata municipal. "Pensaba que estaba dentro del edificio", ha comentado junto a otro viandante, ya que según la perspectiva parecía que el autobús había entrado en el patio de vecinos. "Menos mal que al final no ha sido nada", ha dicho, dirigiéndose a la misma parada del autobús desde la que había salido unos minutos antes el autobús siniestrado para volver a casa.

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