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El carpintero de Facebook que dejó un rastro de chapuzas acepta su culpa pero no volverá a prisión

La jueza lo condena a dos años de cárcel pero le suspende la pena con la condición de que indemnice a los 18 perjudicados.

Chapuzas denunciadas en un chalet del barrio de Santa Isabel por el supuesto carpintero que se anunciaba por Facebook.
Chapuzas denunciadas en un chalet del barrio de Santa Isabel por el supuesto carpintero que se anunciaba por Facebook.
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Como advirtieron los clientes a los que estafó en Zaragoza, el carpintero que captaba clientes a través de Facebook, se apoderaba del dinero que le adelantaban y dejaba después los tajos a medias o incluso sin empezar salió el pasado mes de abril de prisión. Según ha podido saber ahora HERALDO, J. D. S. ya no volverá al centro penitenciario de Zuera. Y no lo hará porque ha pactado con la Fiscalía su castigo y aunque ha sido condenado a dos años de cárcel, la defensa ha conseguido que le suspendan la pena. Eso sí, con condiciones.

El Ministerio Público llegó a pedir cuatro años y medio de privación de libertad para el acusado por el reguero de chapuzas y trabajos inacabados que fue dejando en domicilios de Zaragoza capital y de varios municipios de su entorno, hechos que llevaron a su detención e ingreso en prisión provisional el 21 de diciembre de 2022. Sin embargo, durante el juicio celebrado hace unas semanas ante la titular del Juzgado de lo Penal número 5 de Zaragoza, el acusado reconoció el delito continuado de estafa que se le imputaba y se mostró dispuesto a resarcir a los perjudicados. Porque él mantiene que ha ejercido como carpintero durante toda su vida y que ese es su verdadero oficio. Y justifica lo que hizo en una «mala racha personal y profesional».

Las denuncias tramitadas ante la Policía Nacional o la Guardia Civil revelaron que el conocido como el carpintero de Facebook, de 59 años y nacionalidad española, estuvo al menos año y medio engañando a clientes de Zaragoza y localidades como Utebo, Torres de Berrellén, La Puebla de Alfindén o La Muela. Tras su arresto, la Jefatura Superior de Aragón informó que J. D. S. había dejado también rastro en Tarragona, donde los Mossos d’Esquadra lo identificaron como autor de otra veintena de estafas. De hecho, fue al intuir que podía ser descubierto en Cataluña cuando se instaló en la capital aragonesa.

Algunas de las chapuzas que dejó el carpintero en una vivienda de Zaragoza.
Algunas de las chapuzas que dejó el carpintero en una vivienda de Zaragoza.
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El condenado conseguía captar clientes anunciando sus «económicos» servicios a través de Facebook. Demostró una gran habilidad para colarse en grupos con numerosos usuarios, como los que se crean algunos municipios para compartir información de interés ciudadano. Su manera de actuar consiste en hacer presupuestos baratos, cobrar adelantos por trabajos que no cumple o ir a las casas, desmontar muebles, suelos o cortar encimeras que luego deja tal cual o coger dinero para comprar electrodomésticos que luego los clientes nunca ven. Cuando le llaman para reclamar, da mil excusas y, al final, bloquea a los perjudicados.

Pagos mensuales

La defensa, a cargo de la letrada Mirta Manrique, ha logrado que la jueza suspenda la condena a J. D. S., lo que le evitará tener que volver a la prisión de Zuera, donde ya ha pasado cuatro meses por esta causa. Pero en su sentencia recuerda al carpintero que habrá de cumplir una serie de requisitos si no quiere ver revocada la medida de gracia. El primero y principal, no podrá volver a delinquir en un periodo de cinco años.

La segunda condición es que cumpla con la obligación de resarcir a los 18 clientes cuyos encargos nunca terminó o ni siquiera empezó. A alguno solo le debe los 100 euros que le exigió en concepto de señal a través de Bizum, pero con otros arrastra una deuda de hasta 5.000 euros. Es el caso de una vecina del barrio del Arrabal de Zaragoza, quien adelantó este dinero al acusado como anticipo para la compra del material y los electrodomésticos que le iba a instalar en la cocina. Un encargo que no se materializó, puesto que el carpintero nunca se presentó en su domicilio. Se han pactado pagos mensuales para que el condenado pueda saldar su deuda.

Lo que también tendrá que hacer J.D. S. es un año de trabajos en beneficio de la comunidad.

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