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Dos siglos y 4 generaciones: ruta por las tiendas centenarias del centro de Zaragoza

La tienda de indumentaria aragonesa Beltrán cumple este año un siglo de vida, mientras que Belloso, de artículos religiosos y La Alicantina, de calzado, celebran su 130 y 140 aniversario respectivamente.

Pastelería Fantoba, una de las obras civiles del arquitecto
Pastelería Fantoba, una de las obras civiles del arquitecto
HERALDO

Zaragoza es una ciudad comercial por excelencia. Su privilegiada situación le ha hecho ser centro neurálgico y estratégico a nivel comercial a lo largo de su historia. En la actualidad sigue recibiendo a visitantes de otros municipios, e incluso otros territorios, que se acercan para realizar sus compras.

Lo hacen en grandes superficies y en pequeños comercios. En negocios de nueva creación y también en los de toda la vida. Algunos de estos últimos los han conocido nuestros padres, abuelos, e incluso, nuestros bisabuelos. Y es que Zaragoza tiene una red de comercios centenarios que sigue activa, creciendo, sumando años y que unen tradición e innovación a partes iguales.

La última tienda que se ha sumado a esta lista de comercios con más de un siglo de historia es Beltrán, la tienda de indumentaria aragonesa situada en el número 19 de la calle de Don Jaime I, en el corazón de la ciudad. Fue fundada en 1923 por Julio Beltrán en la ya extinta calle del Pilar, donde se encuentra la Lonja, pero a los pocos años trasladó la actividad comercial a la plaza del Pilar haciendo esquina con la calle Forment, según explica su página web. Fue en 1936 cuando el fundador abrió una segunda tienda en la ubicación actual, que es la que ha llegado hasta la actualidad.

Justo enfrente de Beltrán, en el número 20 de la misma calle se encuentra otro negocio centenario, Calzados La Alicantina, que este año también está de celebración puesto que han llegado a su 140 aniversario. Antonio Más la inauguró en 1883 como alpargatería y esterería y con los años se ha convertido en una de las zapaterías con más solera de la ciudad. En la actualidad la regenta la 4ª generación de la misma familia.

Algo debe de tener esta calle porque tres comercios centenarios se ubican aquí y en números consecutivos formando un triángulo que atraviesa tres siglos. En los números 19 y 20 las citadas Beltrán y La Alicantina, y en el número 21 se encuentra la pastelería Fantoba. Fundada en 1856 cuenta con la friolera de 167 años de historia y mantienen la decoración realizada por el arquitecto Ricardo Magdalena, el obrador original, además de presumir de conservar una “impresionante piedra de Calatorao” para elaborar sus guirlaches.

Ya en la plaza del Pilar, otro comercio acaba de cumplir 130 años. Se trata de Belloso, la tienda de artículos religiosos situada en el número 14, frente a la fuente de Goya que fue fundada por Luisa Belloso en 1893. Durante sus primeros años la tienda y el taller de confección que alberga en su interior estuvieron situados en la calle de Alfonso I y más adelante se trasladaron a su ubicación actual.

Es precisamente en la calle de Alfonso I donde se encuentran otros dos comercios centenarios: Bellostas y La Parisién. El primero de ellos fue fundado por Isidro Bellostas y su esposa Pilar Oliván en 1875 como mercería y novedades, aunque en un principio estuvo situado en la plaza de San Pablo. En 1908 se trasladan a su ubicación actual en el número 25 de la céntrica vía e incorporaba a su oferta las novedades venidas de París y Berlín. Con el paso de los años también se hicieron hueco los bolsos, mantones, mantillas, abanicos y regalos. A tan solo unos pasos de distancia, en el número 27 de la misma calle, se vislumbra La Parisién. Fundada en 1911 y especializada en mantillas españolas, mantones de Manila y complementos para novias.

Y entre Don Jaime y Alfonso, en el amasijo de calles estrechas que conforman El Tubo, varios negocios centenarios persisten el paso del tiempo. La pastelería Lalmolda, en Méndez Núñez, fundada en 1920, la archiconocida Bodegas Almau, parada obligada en cualquier ruta de tapas que se tercie, con la friolera de 153 años o Casa Lac, considerado el restaurante con la licencia más antigua de España, de 1825.

Dejando atrás El Tubo y tomando el camino hacia la plaza de San Felipe, se encuentra la tienda de alimentación y restaurante Montal, ubicada en un antiguo palacio renacentista. Fundada en 1919 por Jacinto Montal está regenteada en la actualidad por la 4ª generación de la familia, al igual que los dos siguientes comercios centenarios.

Muy cerca de allí, la Cestería Antonia Escuer lleva en el número 6 de la calle del Temple desde 1900. Y a apenas dos minutos de distancia a pie, en la calle de Santa Isabel, la tienda de antigüedades más longeva de la ciudad: Antigüedades Maturén lleva sin cerrar desde 1920.

Saliendo a la avenida de César Augusto, las tiendas con más de cien años de vida continúan. Semillas Gavín y Corsetería La Suprema se suman a este recorrido. Fueron fundadas en 1900 y 1910 respectivamente, al calor del recientemente remodelado Mercado Central.

Cuatro generaciones se han ido sucediendo también en Casa Perdiguer. Una emblemática bodega fundada en 1893 por Ramón Perdiguer que se encuentran en la calle de San Pablo.

Subiendo por el Coso, junto a la Audiencia, se halla toda una institución de la ciudad: la droguería José Alfonso, que abrió sus puertas en  1882, primero en la plaza del Mercado y posteriormente en su ubicación actual.

Sin dejar esta céntrica vía romana, a la altura del Palacio de Sástago, La Bombonera de Oro abre sus puertas a los más lamineros de la ciudad desde 1902. Y en el barrio de la Magdalena, junto a su iglesia, acaba de ingresar en este selecto club el quiosco de Quitería Martín, que ha cumplido 102 años en la calle Mayor.

Fuera del Casco Histórico, aunque en menor medida, también encontramos algunos establecimientos centenarios como Redondo, en la calle de Jerónimo Blancas, con 101 años de historia, o la tienda de moda masculina, Justo Gimeno, en la Gran Vía, con 116 años. 

No hay mejor forma de terminar esta ruta centenaria que con un buen café. En concreto, en un negocio con 128 años de vida: Café Levante. Este local se situó en su fundación, en 1895, junto a la Puerta del Carmen y tomó su nombre porque allí comenzaba la carretera que partía hacia Valencia. Posteriormente se trasladó al Paseo de Pamplona hasta llegar a su ubicación actual en la calle de Almagro conservando esa esencia decimonónica de sus orígenes.

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