"¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?" es la pregunta que siempre se hace al comienzo de la procesión del Resucitado. Esta mañana, con motivo del Encuentro Glorioso, cientos de personas han respaldado a la Real Hermandad del Cristo Resucitado en la plaza del Pilar. Allí, entre jotas, redobles y bajo un sol radiante, la Virgen de la Esperanza se ha reencontrado con su hijo, el ya Cristo Resucitado, en un acto que ha puesto el broche a nueve días de procesiones.

Procesión del Domingo de Resurrección en Zaragoza

Los hermanos del Resucitado han salido poco después de las once de la iglesia de Santa Isabel hacia la basílica del Pilar. Los cofrades ya iban con el rostro descubierto, con los terceroles apoyados en el hombro y las manolas habían cambiado su luto por mantillas blancas. El alegre toque de los tambores también anticipaba el milagro, así como los exornos florales de claveles blancos que sustituyen en el Domingo de Resurrección a la luz de las velas. 

En torno a las 12.00, del interior del Pilar ha salido el Cristo Resucitado y en el reencuentro con su madre han retumbado bombos y tambores. En todo momento la plaza ha estado de lo más concurrida, como ha sucedido este 2023 con el más de medio centenar de procesiones que han pisado las calles. 

A los turistas, además de las tallas de Jorge Albareda, les han convencido las parejas de joteros que han cantado y bailado poco después de que los dos pasos se aproximaran. Algunos de ellos, incluso, se han animado a seguir la procesión, que ha discurrido después por Don Jaime I, el Coso, la plaza de los Sitios y parte del centro de la ciudad hasta desembocar pasadas las 15.00 en el colegio de los Agustinos, en el camino de las Torres.

El blanco y celeste de las túnicas del Resucitado han puesto el broche de oro a una Semana Santa en la que todo ha podido salir a la calle, si exceptuamos la procesión del Pregón de hace ocho días, en las que los cofrades tuvieron que ponerse a cubierto en el interior de Santa Isabel. El balance no puede ser más positivo y, como recuerdan desde el Ayuntamiento, la Semana Santa es -tras las fiestas del Pilar- la segunda celebración que más gente reúne a orillas del Ebro a lo largo del año. Diferentes estudios desde que fue catalogada de Interés Turístico Internacional cifran su impacto económico en cerca de 29 millones de euros.

Como balance de este 2023, Ignacio García Aguaviva, presidente de la Junta Coordinadora de Cofradías, recordaba que se ha vivido "la primera Semana Santa en plenitud tras la pandemia". "Era una Semana Santa muy deseada por los cofrades en la que, salvo el día del Pregón, hemos disfrutado de un tiempo excepcional que ha ayudado a la participación masiva tanto de cofrades como de público en las calles. Nuestra Semana Santa sigue creciendo y con un relevo generacional asegurado".