sucesos

Juzgan en Zaragoza al sicario que desfiguró la cara de un chaval con ácido sulfúrico

La Fiscalía acusa también por tentativa de asesinato a la excuñada del menor, de solo 17 años, quien supuestamente ideó el brutal ataque para castigar a su exmarido.

La cobarde y brutal agresión fue condenada por los vecinos de Caspe en una multitudinaria manifestación.
La cobarde y brutal agresión fue condenada por los vecinos de Caspe en una multitudinaria manifestación.
María Quílez

El próximo 3 de mayo se cumplirán cuatro años del brutal y cobarde ataque sufrido en Caspe por Kamal M., un menor de 17 años al que un sicario desfiguró el rostro arrojándole ácido corrosivo a traición.

El chaval pasó dos meses hospitalizado en la unidad de Quemados del hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde se sometió a numerosas intervenciones para injertarle tejido de una pierna en el lado izquierdo de la cara. Y aunque logró salvar la vida, la pesadilla no ha acabado, porque las secuelas de aquella terrible emboscada le acompañarán para siempre.

La Audiencia de Zaragoza tiene previsto juzgar la próxima semana tanto al autor material de la tentativa de asesinato como a las otras cinco personas investigadas por estos dolorosos hechos en un juicio que se prolongará durante cuatro días y en el que se piden condenas que suman 60 años de cárcel menos 15 días.

Para la familia de la víctima y la Fiscalía, además de un acto absolutamente inhumano, lo ocurrido aquella tarde en Caspe fue un claro intento de acabar con la vida de Kamal. Y como principales responsables señalan a Aitor G. G. (41 años) y Sara G. C. (30 años), los dos únicos detenidos a los que la jueza instructora se negó a conceder la libertad provisional. El primero fue el brazo ejecutor del ataque, el encargado de esperar a que Kamal saliera del instituto para vaciarle una botella de ácido sobre la cabeza cuando estaba a punto de entrar en el portal de su casa.

La segunda es la excuñada de la víctima y presunta ideóloga de la    cruel celada junto a su tío José G. C., alias el Recortao. Según las pesquisas de la Guardia Civil, esta mujer nunca aceptó que su marido Yahya M. la abandonara y decidiera rehacer su vida en Alemania. Y no se lo ocurrió otra forma de vengar la supuesta afrenta que planear un ataque contra la familia del ‘huido’. En concreto, contra el hermano pequeño de su pareja, un menor al que habría conseguido desfigurar la cara y también su futuro.

Una dolorosa declaración

No ha trascendido todavía si Kamal tendrá que estar presente la próxima semana en la sala de vistas de la Audiencia Provincial o podrá comparecer por videoconferencia. En cualquier caso, el interrogatorio se antoja un duro trago para un joven que si algo quiere es intentar pasar página y borrar de su memoria aquella aciaga tarde de mayo.

Las voces del menor de la familia, que aporreando la puerta de casa no dejaba de gritar «¡me han quemado, me han quemado!», hicieron bajar corriendo a dos de sus hermanos. Cuando abrieron y vieron al chaval, con la ropa ya desintegrada, en un acto reflejo decidieron meterlo a la ducha. Al ayudarlo, también sufrieron quemaduras de primer y segundo grado en sus brazos. Poco después, un vecino les ayudó a trasladarlo al centro de salud de Caspe, donde fue derivado al hospital de Alcañiz para ser evacuado después en helicóptero a Zaragoza con quemaduras de tercer grado en cara, tórax y brazos.

El presunto verdugo de Kamal fue un delincuente habitual al que habrían pagado 500 euros para arrojarle el ácido sulfúrico, un producto extremadamente corrosivo. Además de él, la excuñada de la víctima y el tío de esta, en el banquillo de los acusados se sentarán por su supuesta implicación en lo ocurrido otros dos hombres , Iván M.F. y Raúl C. G., y una mujer, Teresa P. L.

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