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Condenado por pegar a su pareja embarazada: llevará pulsera GPS pero no irá a prisión

La jueza considera acreditado que propinó un puñetazo en la cara a la mujer, pero no que intentara hacerla abortar dándole golpes en la tripa.

Exterior de las urgencias del Clínico de Zaragoza
Exterior de las urgencias del Clínico de Zaragoza
Francisco Jiménez

La titular del Juzgado de lo Penal número 8 de Zaragoza ha condenado a Mohamed F. a ocho meses de prisión por propinar a su pareja un puñetazo en el rostro, pero no ha encontrado pruebas que acrediten que el acusado le diera una paliza o intentara hacerla abortar a golpes. Por lo tanto, no entrará en la cárcel por esta causa.

Cuando denunció a su compañero, la mujer aseguró que este le había golpeado en la tripa porque estaba convencido de que  el bebé no era suyo. La víctima dijo también que la amenazó con darle pastillas y hasta con clavarle un cuchillo para poner fin a su embarazo. Sin embargo, la jueza entiende que el relato de la víctima  arrastra «inconsistencias» que le impiden imponer un castigo más severo al investigado.

La Fiscalía y la acusación particular, a cargo de la letrada Carmen Sanz, solicitaban tres años de prisión para el agresor. Y lo hacían porque, además de las lesiones, le atribuían un delito continuado de amenazas y otros leves de coacciones y vejaciones. Pero de los tres últimos ha sido absuelto. En cualquier caso, la magistrada no ha pasado por alto que, como víctima de violencia de género, la denunciante fue clasificada por la Policía Nacional  en situación de riesgo «alto». Por ello, y para evitar que pueda sufrir un nuevo ataque, prohíbe al condenado aproximarse o comunicarse con su expareja.

Tendrá que llevar una pulsera GPS

No conforme con ello, la jueza ha ordenado que se coloque al encausado –al que defiende la letrada Carmen Sánchez Herrero– un dispositivo de localización GPS que se active si incumple la orden que le impide acercarse a menos de 500 metros de la denunciante. La medida de alejamiento tiene una vigencia de dos años, pero dentro de seis meses se volverá a valorar la necesidad de mantener la pulsera telemática.

La Policía detuvo a    Mohamed F. el pasado 30 de enero, después de que su pareja sentimental se presentara en el hospital Clínico de Zaragoza diciendo que este había tratado de hacerla abortar a golpes. Los médicos comprobaron que la mujer presentaba una lesión en el ojo izquierdo, compatible con un puñetazo. Sin embargo, no le objetivaron ninguna otra lesión importante y tampoco apreciaron ningún riesgo para el bebé, cuyo alumbramiento estaba previsto para este mes.

A la hora de dictar sentencia, la jueza reconoce que entre la pareja existían serias desavenencias, pero no encuentra motivos para pensar que la denunciante actúe movida por motivos espurios. Lo que sí lamenta es que no acudieran al juicio dos testigos que supuestamente presenciaron las amenazas del encausado hacia su pareja y cuyo testimonio habría servido para aclarar lo ocurrido.  De ahí que haya decidido sancionarlos con sendas multas de 500 euros.

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