tribunales

Alega que tenía 68 gramos de cocaína en casa porque iba a ir a una despedida de soltero

El joven fue juzgado junto a otros tres acusados y se enfrentan a penas de entre 3 y 7 años de cárcel. 

El juicio se celebró ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El juicio se celebró ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Oliver Duch

Cuatro personas se sentaron este lunes en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza como presuntas autoras de un delito de tráfico de drogas. La Fiscalía pidió penas de tres años de cárcel para tres de ellas, mientras que para una cuarta solicitó siete por tratarse de una cantidad de droga de notoria importancia.

En concreto, para A. H. G., a quien la Policía sorprendió con 60 gramos de cocaína y 6.500 euros en efectivo. En su domicilio hallaron 430 gramos más de cocaína y un kilo de ‘speed’ y casi otro de cannabis. Estas cantidades brutas, tras analizar la pureza, se quedaron en 739 gramos de hachís, 365 de anfetamina y 357 de cocaína.

El acusado admitió ayer ante el tribunal que en el momento de la detención vendía drogas y al mismo tiempo trabajaba como conductor de autobuses de Avanza, profesión que no ejerce ahora porque fue despedido.

La Policía detuvo a A. H. G. el 20 de junio de 2022. Los agentes lo vigilaban y cuando vieron que un consumidor subía a su coche en la calle Escoriaza y Fabro y hacía un pase, fueron a por él. El acusado declaró   que cuando se acercaron dos personas de paisano se «asustó», pisó el acelerador y salió huyendo. 

El comprador logró bajarse en un paso de cebra de la calle de Santander y escapó corriendo tras deshacerse del paquete con 60 gramos de cocaína que le había dado el acusado. A. H. G. admitió que era suya. Respecto a la droga hallada en su piso, su abogado, Alejandro Sarasa, pidió la nulidad del registro puesto que no figura en los autos judiciales. 

La operación policial que dio origen a su arresto se llevó a cabo entre febrero y junio de 2022. Agentes del Grupo de Estupefacientes estaban controlando a una pareja que vivía en Cuarte de Huerva porque, dadas las visitas que recibían en casa y las escuchas telefónicas –autorizadas judicialmente– que practicaron, concluyeron que S. V. M. y S. R. R. vendían cocaína.

Durante su declaración, la pareja admitió ser consumidora de cocaína (le pillaron 20 gramos), pero negó rotundamente que traficara con drogas. En su descargo, a preguntas de su abogada, Carmina Mayor, los acusados dijeron que las conversaciones que la policía interpretó como relativas a la venta de droga –"paso a por medio café", "necesito carne" o "necesito pañales"– eran diálogos normales que respondían a la realidad de lo que decían.

A través de los pinchazos telefónicos, la Policía averiguó que la pareja tenía dos ‘colaboradores’, uno A. H. G. y E. C. C., agricultor de profesión a quien le requisaron 68 gramos. Este joven alegó que eran para su consumo y que los compró de golpe porque tenía una "despedida de soltero" y acababa de terminar el confinamiento.

"Yo no solía comprar tanto pero me salió la oportunidad y tenía dinero y lo hice", señaló. El joven admitió que se "equivocó" al almacenar esa cantidad en casa, pero insistió en que era para su consumo, algo que hacía desde los 16 años. Ahora está en prisión y afirma que, desde que entró preventivamente, ve las cosas de otra manera y que ha dejado de tomar drogas y está en tratamiento. 

E. C. C. justificó ante el tribunal que ganaba dinero con su trabajo de agricultor y presentó la declaraciones de Hacienda de ese año y anteriores. Ahora se enfrenta a tres años de cárcel y su abogado, Juan Carlos Macarrón, pide su absolución. Alternativamente, una condena más leve con la atenuante de toxicomanía.  

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