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El PAR exhibe "pulso y músculo" en Calatayud y lanza un mensaje de unidad
Sánchez-Garnica logra reunir a cerca de 300 cargos públicos y militantes. El presidente lamenta que los "egos" primen sobre las siglas aragonesistas.

El Partido Aragonés logró este sábado reunir en Calatayud a cerca de 300 cargos públicos y simpatizantes en su anunciada jornada de convivencia, que se convirtió en toda una demostración de fuerza y legitimación del nuevo presidente, Clemente Sánchez-Garnica, para superar la crisis interna. Al acto acudieron alcaldes, concejales, consejeros comarcales y afiliados al PAR de demarcaciones tan dispares como Sobrarbe, Alto Gállego, Jacetania, Zaragoza, Ribera Alta del Ebro, Daroca, Gúdar, Jiloca, Maestrazgo, Matarraña, Bajo Aragón, Andorra y la propia bilbilitana.
Para el secretario general, Alberto Izquierdo, suponía una "muestra de pulso y músculo", mientras el líder aragonesista tendió la mano a la unidad a los afines al presidente depuesto, Arturo Aliaga.
Lo hizo en la última intervención del acto, tras casi hora y media de discursos: "Todos cabemos. Aquí no sobra nadie". "Llevamos dos semanas, intensísimas, de hablar con unos y otros dentro del partido; con los diputados, con los críticos, con los díscolos, con los cabreados… Con todos, pero es que es imposible", recordaba el máximo responsable. Al mismo tiempo, Sánchez-Garnica aseguraba que tienen tendida «la mano para que venga el que quiera aportar» y puntualizaba que «nadie, nadie es imprescindible".
Y es que durante su discurso, Sánchez-Garnica arremetió, con nombres y apellidos, contra José Ángel Biel, a quien afeó calificar al PAR como partido muerto y pedir el voto para el PP, y contra Xavier de Pedro, por interponer el pleito que acabó con una sentencia recurrida contra la anulación por irregularidades del último congreso. A su juicio, respondía a una "estrategia diseñada para cargarse al PAR" y recriminó a De Pedro por estar "muy cercano" al nuevo partido constituido por Elena Allué. También tildó a dicha iniciativa de "invento" y anticipó que "fracasará como fracasó Iniciativa Aragonesa y Compromiso por Aragón".
También citó al depuesto presidente Arturo Aliaga, con quien sostuvo que "no se podía hablar, ni con Arturo ni con otros". "Los egos, los intereses, desgraciadamente han primado sobre lo que importa: sobre las siglas", diagnosticaba Sánchez-Garnica, que insistía en que "por encima de cargos, de personas, de intereses, de renovables y de la madre que los parió está el Partido Aragonés". Reivindicó que ahora rige "un nuevo modelo basado en el equipo" y que en un mes han hecho "lo que no se había hecho en cuatro".
La fractura está lejos de cerrarse, ya que los más directos acólitos de Aliaga, los diputados autonómicos Jesús Guerrero y Esther Peyrat, no acudieron al acto, al igual que el resto de los siete miembros de la ejecutiva que siguen a su lado. No obstante, su discurso acerca de que la dirección no representa ni al 5% del territorio se ha dado de bruces con la realidad.
El nuevo presidente insistió en que cumplirá el pacto de gobernabilidad hasta el 28 de mayo y que con la nueva legislatura ya se verá. "Dependerá de las circunstancias y de la decisión de todos, no de una sola persona", dijo para reforzar su mensaje de que las decisiones son colegiadas.
De igual forma, el vicepresidente, Roque Vicente, apeló a hacer bandera del "centro político" y del "aragonesismo" y a mostrar "la ilusión y las expectativas" porque «nadie votará por lo hecho".
En clave electoral, el secretario general hizo un llamamiento a «hacer candidaturas y a sumar militantes» y pidió a Sánchez-Garnica que "se moje directamente", en referencia a la propuesta del comité local de Zaragoza para que lidere la lista municipal.
El acto lo abrió la concejal bilbilitana Ana Belén Ballano, a quien le agradecieron la organización del acto en tiempo récord. Ballano valoró la jornada como un «guiño al territorio, a los alcaldes y concejales, que son la fuerza viva». Al estrado también subieron la presidenta del Rolde –las juventudes del PAR- y alcaldesa de Mainar, Lina Hernando y los alcaldes de Abizanda y San Agustín, Javier Labat y Daniel Riera, respectivamente.