Cafeterías y bares de Zaragoza con Wifi (y con encanto) en los que poder teletrabajar

Con seguridad, con menos estrés y con un buen café. Muchos de quienes pueden trabajar fuera de la oficina eligen estos lugares para desarrollar su jornada laboral.

La ciberseguridad facilita el teletrabajo.
Teletrabajo.
Pixabay

La pandemia trajo consigo muchos cambios a nivel social y laboral. Uno de ellos fue el teletrabajo obligado por las fuertes restricciones y el confinamiento durante semanas. Un forma de desarrollar la actividad profesional que ya se había impuesto en algunos sectores pero que, desde 2020 se potenció de manera obligada.

Tanto que son muchas las empresas en las que se ha impuesto como un modelo que además permite la conciliación laboral y familiar del trabajador. Solo es necesario tener una herramienta de trabajo, en este caso un ordenador, y una buena conexión a la red de internet a través de la banda ancha: la Wifi.

Con este pretexto algunos bares y cafeterías que hasta 2020 no disponían de servicio gratuito de conexión, lo hicieron a partir de entonces, ofreciendo un servicio más para aquellos clientes que buscaran lugares tranquilos y con encanto en los que poder desarrollar durante un determinado tiempo su labor profesional. Esta es una pequeña selección de los mejores 'workplaces' en Zaragoza:

Café Nolasco (Calle de San Jorge, 18)

Si el interesado está de reuniones por las calles más céntricas de la capital aragonesa y tiene que hacer una parada para enviar e-mails o conectarse a la red, esta cafetería lo pone fácil

El Café Nolasco responde al modelo de 'workplace'.
El Café Nolasco responde al modelo de 'workplace'.
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Con una especie de jardín vertical y un mobiliario de estilo industrial, este espacio tiene desde sillas altas, ideal para ir con un portátil a trabajar, hasta pequeñas mesitas, perfectas para tomar un café y un trocito de tarta, que a buen seguro harán más llevadera la jornada.

Doña Hipólita (Calle de Joaquín Gil Berges, 4)

También en el centro de la ciudad se encuentra Doña Hipólita, una elegante cafetería instalada en lo que fue una reconocida tienda de telas. Tomar un café con un bagel implica un cierto viaje en el tiempo, porque sus sillas, mesas y otros elementos del mobiliario y de decoración provienen de antiguos locales comerciales y bares que han cerrado.

La cafetería Doña Hipólita ocupa lo que fue un antiguo almacén de paños.
La cafetería Doña Hipólita ocupa lo que fue un antiguo almacén de paños.
Oliver Duch

Lugar relajado y distendido para trabajar tranquilamente, incluso se permite concurrir con animales, por los que los freelance de Zaragoza que tienen un perro no podrán dejar de visitarlo.

Dídola (Calle Don Jaime I, 28)

El Dídola es un local tranquilo con una atmósfera relajada que cuenta en su planta baja con un servicio de wifi de calidad y otros ítems fundamentales para trabajar a gusto.

La cafetería-restaurante Dídola.
La cafetería-restaurante Dídola.
Francisco Jiménez/ Heraldo

Además de sus deliciosos cafés, entre una reunión on line y otra, será complicado resistirse a uno de sus  bagels salados o al surtido para los amantes del dulce: bizcocho de yogur y arándanos, cookies de chocolate, tarta de zanahoria o la reina de la casa: la cheescake Dídola.

Mi habitación favorita (Calle de Espoz y Mina, 33)

Además de sus mermeladas, premiadas con doce medallas en The World´s Marmalade Awards, los premios más prestigiosos del mundo, sus tartas y resto de repostería y pastelería -también sin gluten- que la hacen ya de por sí un lugar con encanto para no perderse, cuentan con una buena red de Wifi para teletrabajar en un ambiente relajado.

Foto La nueva pastelería de 'Mi habitación favorita'. .
La nueva pastelería de 'Mi habitación favorita'.
HA

Marianela (Calle de Manifestación, 23)

Decorado con muebles de los años 30, 40 y 50, hasta el papel pintado de sus paredes esta cafetería de filosofía alternativa desprende un aire acogedor muy propicio para sentarse con el ordenador y trabajar un rato.

Marianela
Marianela
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Por las noches el ambiente se anima y sus pequeñas mesas de costura suelen llenarse de grupos de amigos que acuden a disfrutar de una copa o de sus fabulosos mojitos, con especial atención a los de fresas o frutos rojos.

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