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Un repartidor de Zaragoza acaba en el banquillo por 'perder' paquetes con joyas

La empresa lo denunció al comprobar que en la ruta Madrid-Zaragoza se estaban produciendo sospechosos extravíos

Paquetería, imagen de archivo.
Paquetería, imagen de archivo.
Pixabay

Un juez de Zaragoza sentó este martes en el banquillo a un repartidor al que la empresa de paquetería Fedex acusa de apropiarse de parte de la mercancía que tenía que entregar. En concreto, de varios teléfonos de alta gama –la mayoría, distintos modelos de Iphone– valorados en 2.392 euros y material de joyería cuyo precio ascendía a 5.545 euros. La misteriosa desaparición de envíos y el hecho de que algunos paquetes llegaran manipulados obligaron a la compañía a abrir una investigación. Y tras darse cuenta de que los supuestos extravíos se producían siempre en la ruta Madrid-Zaragoza, la empresa acabó denunciando a uno de los conductores, para el que la Fiscalía solicita ahora dos años de prisión por un delito continuado de apropiación indebida.

Durante el juicio celebrado ayer en la Ciudad de la Justicia, el delegado de seguridad de Fedex explicó que fue el 3 de septiembre de 2020 cuando empezaron a producirse estos robos, que no cesaron hasta el 10 de noviembre de ese mismo año. El protocolo de trabajo de la empresa estipula que los envíos deben escanearse en Madrid y en Zaragoza. Sin embargo, durante los tres meses citados, hubo una decena de paquetes que no fueron escaneados a su llegada a la capital aragonesa.

Una joyería de Cuarte

Tras averiguar que las pérdidas se estaban produciendo siempre en la ruta Madrid-Zaragoza, la compañía se percató de que a un mismo cliente le habían faltado varios paquetes. Se trataba de un joyería ubicada en Cuarte de Huerva, por lo que se decidió hacer un seguimiento especial de su mercancía. En concreto, de dos envíos con origen Zaragoza destinados a Croacia y Países Bajos. Ello permitió comprobar que a su llegada al aeropuerto de Barajas, ambos paquetes habían sido manipulados: a uno le faltaba la mitad de la mercancía y al otro, toda.

Las sospechas se centraron desde ese momento en el conductor del vehículo que había hecho el trayecto entre las dos ciudades, quien resultó ser Andrei N. M. Se le pidió permiso para registrar su furgoneta y se localizaron dos paquetes ocultos: uno detrás de un colchón y otro bajo una chaqueta. Este último contenía un reloj Emporio Armani. A raíz de estos hallazgos, se atribuyeron a este repartidor el resto de robos investigados.

Para la defensa, a cargo del abogado Cristian Monclús, la acusación hacia su cliente se basa en «meras sospechas e indicios vagos», de ahí que pidiera ayer al juez la absolución. Pero al Ministerio Público no le convencieron las explicaciones con las que trató de justificarse el encausado, por lo que mantuvo la petición de dos años de cárcel. En cuanto a la responsabilidad civil, exige que se indemnice a Fedex, si tuvo que abonar la mercancía desaparecida, o a sus legítimos propietarios.

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