Esther López: "Hemos tenido que atarnos los machos para seguir ofreciendo calidad a buen precio"

En estos tres años han superado una pandemia, las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania. No habrá sido fácil...Echando la vista atrás parece que haya pasado más tiempo. La pandemia nos sorprendió al mes de inaugurar, con una inversión grandiosa y toda la ilusión. La vida se paró, pero salimos adelante.

¿Siguen afectados por el aumento de precios o se tiende ya a la estabilización?La situación se va estabilizando, pero los costes han subido de un 30% a un 40% y la nómina, no. A la hora de comprar se nota.

¿En qué han salido ganando los detallistas con el nuevo mercado?¿Y los clientes?Tenemos un mercado bonito y actual, aunque, como en toda obra nueva, van apareciendo fallos. Ahora estamos en vías de solucionar el problema de la climatización. Hemos rejuvenecido mucho la clientela, algo que para nosotros era muy importante. El cliente, por su parte, tiene a su disposición puestos más limpios y espaciosos.

¿Cómo de necesaria es la climatización?Mucho, y ya no solo para nuestro confort, sino para el de la gente que viene a comprar. Especialmente aquellos que lo hacen con sus hijos o nietos. Queremos una climatización que permita no ir en manga corta pero sí una compra más cómoda.

¿Y qué opina de la venta ‘online’?Todo lo que sea otra ventana para vender es bueno, y más para el público, que va siempre con los horarios muy cogidos. Para nosotros, la nueva ‘app’ significará más posibilidades de venta.

Dice que la clientela ha rejuvenecido, ¿cuál es el perfil?En mi caso, vienen hasta tres generaciones a comprar. Mi clientela va de los 30 a los 80 años. Más de la mitad no llegan a los 55 o 60, y eso es muy positivo.

Y los turistas, ¿qué dicen de este ‘nuevo’ Mercado Central?Todos se quedan mirando al techo. Quienes entran se van muy contentos. Aparte de turistas extranjeros vienen muchos procedentes de otros puntos de España. Y no solo compran, sino que nos preguntan si vendemos fuera de Zaragoza.

Hay 78 puestos, pero todavía quedan vacantes...Todo eso quedó parado por la pandemia. Hay gente que viene y pregunta, así que imagino que se cubrirán en cuanto salgan a licitación. Existe, no obstante, un importante problema de profesionales. No hay carniceros ni pescaderos, pero tampoco fontaneros. Se está perdiendo el oficio.

Pese a todo, no ha habido cierres.No, no los ha habido. Afortunadamente, todo el mundo trabajamos. Eso sí, hemos pasado momentos duros y nos hemos tenido que atar los machos y bajar los márgenes para poder seguir ofreciendo productos de calidad a buen precio.

Una de las grandes novedades fueron los puestos de hostelería, ¿cómo están funcionando?Dan mucho ambiente. Los sábados es una gozada venir y ver a la gente tomando vermú. Ha habido que aprender a convivir con sus horarios, pero van muy bien.